viernes, 6 de junio de 2014

Custodios del Tridente XIV: Dolor y duda 01 [Relato]

DOLOR Y DUDA 01

--Fragata Tinea Polaris, Custodios del Tridente--

- Buena pelea hermano.

- Sí, hermano sargento, casi me ganas.

- No me llames sargento, Sadus.

- Vamos hombre, tienes que acostumbrarte de una vez Ghuno.

Se dirigieron a los estantes para devolver las armas de entrenamiento a su sitio. La Tinea Polaris era una Fragata Clase Tormenta de Fuego de manufactura imperial adaptada para uso astartes. Sin embargo, sólo en misiones específicas solía haber Tridentes en la nave, por lo que las adaptaciones no eran drásticas. Así, allí, en la sala de entrenamiento solo había dos zonas específicas para el combate simulado entre astartes, mientras que el resto del espacio estaba diseñado para entrenamiento de tamaño y características netamente humanas.

- En combate puedes utilizar mi rango, no lo discuto, pero mientras...

- Es una tonteria, te has ganado ser oficial.

Ghuno enganchó la pesada espada de prácticas y colocó el escudo en la caja de metal donde los armeros lo recogerían para repararlo. Se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano y aspiró hondo. Sadus le dio una palmada en la espalda antes de que se girara.

- Tranquilo hermano, lo harás bien.

- No creo que hayáis elegido correctamente.

- No pienso volver a discutir contigo otra vez, tenías que haber soltado tu frustración ahí dentro. - Le dijo señalando la jaula circular de prácticas a sus espaldas.

- No estoy frustrado.

Sadus se encogió de hombros por toda respuesta agarrando una toalla. El ruido del entrenamiento de la tripulación de la Tinea Polaris llenó el silencio entre ambos. Ghuno acabó por mostrar una sonrisa algo forzada, la tirantez de su cicatriz le hacía formar una mueca más que una sonrisa, así que tampoco le importó poner demasiado esfuerzo en el gesto. Decidió cambiar de tema.

- ¿Sigues con la idea de la lanza?

- Por supuesto, te aseguro que me sería muy útil.

- ¿Y cómo pretendes llevarla a la batalla?, porque el bólter te lo quiero ver en las manos.

- No te preocupes, lo tengo pensado, puedo hacer un enganche en la espalda, así cuando la necesite...

- ¿Y cuando estes sentado?

- ¿Para qué me voy a sentar teniendo delante al enemigo?

- No seas idiota, me refiero a cuando estes en el Rhino, o en la Thunderhawk, o en la Cápsula, o...

- Vale, vale, ya pensaré algo, pero te aseguro que valdrá la pena porque...

Una voz los interrumpió. Miraron hacia la entrada de la sala de entrenamiento y vieron a Frehid haciéndoles gestos mientras se acercaba, tras él iba Agamal, el miembro más joven de la escuadra. El ruido ahogaba sus palabras. Decidieron acercarse a él a su vez, de todas formas ya habían acabado su práctica. Ghuno no pudo evitar echar un breve vistado al nuevo brazo de metal de su hermano, era una maravilla. El mismísimo Tecnomarine Igginus había supervisado la fabricación del implante, construido en tan sólo un mes de trabajo. Y Frehid estaba orgulloso de haberse adaptado a él en apenas una semana.

- Hermanos, espero que se os haya dado bien el entrenamiento.

- He vuelto a vencer a nuestro ceñudo sargento.

- Sadus... ¿Qué sucede Frehid?

- Creo que deberías acudir al Strategium, tenemos visita.

- ¿Quién?, ¿por qué no se me ha informado?

Aunque fuera sólo un sargento de escuadra era el segundo al mando de aquella misión, tan sólo por debajo del Capellán Requiel. Frehid carraspeó.

- Es posible que eso sea culpa mía.

- ¿Por qué?

- Tienes un... una sierva-ayudante asignada que debería haberte informado, pero le dije que yo lo haría. El problema es que me he retrasado buscando a Agamal.

- Sargento, no ha sido culpa mía, estaba... - El Tridente más joven hablaba deprisa.

- Tranquilos, no importa. Acudiré al Strategium en cuanto me ponga una túnica limpia. Aunque no entiendo lo de la sierva.

- Ahora eres sargento.

- Pero no estamos en la Nudus Pugio.

- Debe ser cosa de Requiel.

Ghuno torció el gesto. Tras despedirse de Frehid y Agamal, que parecían tener ganas de desfogarse un poco en la jaula de entrenamiento, se dirijió con paso rápido con Sadus a la zona de sus cubículos.

-La Flotilla de los Custodios del Tridente en Sistema Dolnúdaca: Una Fragata Clase Tormenta de Fuego y dos Destructores Clase Cobra-


         *         *         *

Miskha estaba nerviosa. No le hacia demasiada ilusión el ser asignada a uno de los Theremitas*... ¡Maldición!, tenía que recordarse a sí misma que no podía llamarlos así en su presencia. Ellos eran los Custodios del Tridente, sagrados Marines Espaciales que tenían el honor de ser los mejores guerreros del Imperio. ¿Y quién era ella?, una muchacha lo suficientemente estúpida como para haber destacado entre sus compañeros cuando aquel gigante de negro había estado delante, el Capellán Requiel. No estaba segura de si lo odiaba o no, ¿debería hacerlo?, no, claro que no, era una Tritona de pleno derecho, su única función en la vida era servir a los Theremi... a los Custodios del Tridente. Y se sentía profundamente honrada por ello, sin embargo, podía servirlos a distancia también ¿no? ¿Por qué había sido asignada a uno de ellos?, y encima al taciturno astartes con esa horrible herida en la cara.

Lo peor de todo era que aquel era aún su primer despliegue como Guardia Naval. Nunca antes había abandonado su sistema, y mucho menos había estado inmersa en un conflicto armado de tanta envergadura. Antes de que la destinaran a la Tinea Polaris había estado dos años en una nave de reconocimiento patrullando la frontera del Sistema La Triada, como una simple recluta. Un período duro, pero había logrado acostumbrarse a la vida en una nave. Sin embargo, la Tinea era una fragata, una nave enorme cuyo tamaño la dejaba sin aliento, y, desde luego, no era lo mismo que la diminuta nave donde había servido antes, y eso que no era la nave más grande asignada a la Quinta Compañía, de hecho la Tinea Polaris era bastante pequeña en comparación con la Nudus Pugio, la nave insignia de la compañía. La Quinta, la compañía más ansiada por cualquier Tritón para servir a los Custodios del Tridente porque, según se decía, era la que siempre estaba en guerra. Se dejó caer en el enorme camastro del cubículo de su nuevo señor, sentándose. Empezó a frotarse los nudillos sin darse cuenta

Cuando le informaron de su nuevo destino se sintió colmada de alegría. Una de las naves escolta de la Quinta. Los comienzos no habían sido como esperaba, casi seis meses había estado la flota de la compañía estacionada en órbita mientras se hacían reparaciones y se restituían efectivos y equipo perdidos en la feroz campaña en Colcheru. Ella era uno de los reemplazos así que, en cierto modo, gracias a esa necesidad de puesta a punto de la Quinta había encontrado un buen destino. Pero seis meses... seis meses son muchos sin actividad, o eso había pensado, porque no es que se mantuviera ociosa, oh no, el régimen de disciplina y entrenamiento de la Guardia Naval Tritón** era riguroso, pocos eran los períodos de tiempo dedicados al ocio. El problema es que no es lo mismo entrenarse sin el nerviosismo de hallarse en plena misión que entrenarse con la tensión de saber que se está en guerra. Por lo que en cuanto la Quinta volvió a estar operativa se sintió ansiosa de que apareciera un conflicto, cualquiera. Y había aparecido, ya estaban en campaña. Había sido emocionante, la Tinea incluso había sufrido un abordaje de renegados y ella misma había participado en su expulsión. Pero luego... la flota se había dividido y nadie sabía bien la razón, lo que hacía que toda la tripulación tuviera un sentimiento de decepción.

Y ahora esto, ser asignada a un Custodio del Tridente siendo alejada de sus compañeros para... ¿para qué?, ¿servir de mensajera? ¿de criada? Esperaba que no. Se pasó la mano por el pelo, cortado casi al cero, le devolvió una sensación rasposa al tacto. Sabía de la importancia de los escuderos para con sus señores Tridentes, pero aún no había encontrado razones para aceptar dicho honor. puede que no estuviera preparada, normalmente los escuderos solían elegirse cuando cumplían treinta años, pero a ella le faltaba uno para los veinte y, desde luego, su experiencia dejaba mucho que desear a todos los niveles. Tal vez lo que le molestaba era que siendo una escudera estaría alejada de la acción, porque su función era cuidar de los pertrechos de su señor y hacer cualquier cosa que le pidiera, y por tanto se quedaría atrás, más pendiente del orden en el espartano cubículo del Tridente que de la posible acción que pudiera haber. Estaba frustrada, temía que acabara teniendo una aburrida existencia como escudera durante cuarenta años, sintió un escalofrío solo de pensarlo.

Una figura de gran tamaño se siluetó en el vano de la puerta y ella se sobresaltó.

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*: "Theremitas" sería como llama a los Custodios del Tridente la población humana de su mundo natal (Nusci). Los Tridentes no aceptan esa denominación por varias razones, que puede que se vayan desvelando en los relatos. // En realidad es un juego de palabras que se me ha ocurrido, sin ninguna base real que yo sepa, he jugado con el término "termita", retocándolo para darle un toque interesante. ¿Y por qué termita?, eso se puede ver en la ficha y trasfondo que puse de ellos en el blog, no me quiero extender aquí.
**: "Guardia Naval Tritón": son los servidores armados de los Custodios del Tridente. Son humanos. Su entrenamiento sería similar al de la Guardia Imperial (Astra Militorum), y su función es defender las propiedades, edificios y naves, de los Tridentes si estos no están presentes; en ocasiones también pueden actuar de apoyo, pero tienen que darse una serie de circunstancias. También se les llama Guardia Naval a secas, sobre todo por los Tridentes; pero también se llaman a sí mismos simplemente Tritones. De hecho un Tritón puede ser cualquier servidor de los Custodios del Tridente, aunque su función no sea ser un guardia armado, digamos simplemente que cualquier humano que haya recibido instrucción militar y esté al servicio de los Tridentes es un Tritón. (Por ejemplo, un pinche de cocina puede se run Tritón aunque en toda su vida no tenga que usar un arma, pero como ha recibido instrucción militar pues es un Tritón). Información más completa de la Guardia Naval Tritón se puede encontrar en mi blog.

(La imagen que aquí aparece son alteraciones de imágenes creadas por The First Magelord)

2 comentarios:

  1. El detalle de la lanza me ha llamado la atención. A ver cómo se las ingenia para poder llevarla a la batalla.

    La pobre auxiliar es un personaje curioso. Espero que sus ganas de combatir no le traigan muchos disgustos, jeje.

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    1. Lo de la lanza es un embolao en el que me he metido, pensando en cómo debe haber afectado a los personajes las vicisitudes pasadas me he dado cuenta que a Sadus lo relaté muy a gusto con el tubo de plastiacero como si fuera una lanza, así que seguro que debe pensar que le serviría una lanza de verdad, no creo que sea ortodoxo, pero por eso he decidido que la última palabra la tendrá su sargento, es decir Ghuno, pero le está dejando hacer. Luego seguro que cuando se vuelvan a unir al grueso de la Quinta no le dejen portarla, pero mientras... ¿quién sabe?, lo que mola es dar libertad a los persoanjes, a ver dónde nos llevan.

      La sierva es un personaje que aún no sé cómo usará, pero me interesa explotar el punto de vista de un humano normal, y se me ocurrió que una sierva del capítulo me daba bastante juego para ver con sus ojos a mis Tridentes.

      Un saludo!

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