Lanza de Hierro. Nave de exploración del
Adeptus Mechanicus. Órbita del
planeta Sagkeion.
Hangar de tropas E-15.
El
enorme habitáculo estaba más silencioso que de costumbre, transitado tan solo
por algunos servidores que lo recorrían realizando sus tareas rutinarias o por
los miembros del servicio interno, que apenas se decían nada entre ellos o
recurrían a tenues cuchicheos. Al fondo estaban los principales mandos de los
savaranos, sobre la plataforma en la que habían hecho la presentación de los
primeros planes al regimiento. Ya no había que hacer grandes representaciones
para subir la moral de la tropa, la presencia cercana de un enemigo tan real
como eran las tropas del Caos o los malévolos xenos había hecho que todo el
mundo anduviese inmerso en sus propios preparativos, ya fuesen para la inminente
guerra como a nivel interno.
Khur
presidía la rígida mesa metálica sobre la que se sustentaba el aparatoso
sistema de proyección de hologramas. A su lado, ligeramente apartado, estaba
Enoch, que controlaba el sistema con sus manos robóticas, las cuales se habían
convertido en un amasijo de cables que se conectaban a las terminales de la
máquina, saltando de una a otra de forma arbitraria. En uno de los flancos de
la consola estaban Arsacis y Volog, que habían estado hablando en voz baja
sobre varios inconvenientes internos de la soldadesca.
Todos
llevaban puesto el uniforme de combate, más como un acto ceremonial que como
algo práctico, aún no iban a entrar en batalla, pero era costumbre llevarlo
puesto no solo en los coloquios importantes, sino también en los entrenamientos
u otras actividades marciales. Al otro lado, aprovechando las pocas sombras que
había, estaba Seleuco, apoyado en una viga fumando uno de sus cigarrillos,
viendo la escena al mismo tiempo que hacia presencia en ella.
-
¿Empezamos? Enoch, descríbenos la situación actual.
-
Claro Coronel. -El Visioingeniero hizo que los hologramas dejaran de moverse y
tomaran posiciones fijas en tiempo real.- De momento va todo
correctamente, la relativa calma que nos
ha brindado la cobarde retirada de los herejes nos ha permitido comenzar
algunas operaciones menores de las que fueron informados hace casi una semana.
-Varios hologramas se hicieron más grandes y claros.- Están cerca de las
dos naves que tenemos ahora en nuestras manos, y las autoridades locales están
demasiado centradas en la defensa del sistema como para estorbarnos.
-
¿Qué tal se han portado los hombres? -La pregunta de Seleuco no era para nada
inocente.
-
Bien Comisario. Como puede ver, las dos compañías enviadas en apoyo nos están
siendo muy útiles.
-Aumentó aún más las imágenes.- Las dos fragatas auxiliares
enviadas a recolectar estas agrupaciones de naves menores están teniendo
grandes éxitos. Los hombres de la primera división están muy bien entrenados.
Arsacis
se alegró, pero no tardó en salir de dudas. Se recolocó las gafas mientras
miraba las imágenes.
-
¿Cómo les va a Samsu y a Marduk?
-
Samsu y su quinta compañía están limpiando una serie de pequeños bombarderos de
manufactura imperial pero de gran antigüedad. A este ritmo llenaran muy pronto
las bodegas de la fragata. En algunos hay una ligera infestación de tiránidos
en estado salvaje. Pequeños grupos de hormagantes; apenas están ofreciendo
resistencia.
Infestación tiránida menor. |
- ¿Y
el otro grupo?
-
Los hombres de la novena, dirigidos por Marduk, no están teniendo mucho
trabajo. La Nave de desembarco en la que han entrado estaba casi vacía, un
impacto abrió sus compuertas desparramando su contenido. Tan solo han
aniquilado unos cuantos xenos sin identificar y están alerta mientas los
servidores preparan todo para llevarlo a la Lanza de Hierro.
Khur
intervino, el Visioingeniero había dicho “nave de desembarco”. Esta era
extraña, tenía simbología Astartes, pero nunca había visto ningún modelo como
ese, ni siquiera en las largas tardes de estudio que pasó durante juventud en
las bibliotecas militares de Catafractaria Prima.
-
¿Qué modelo es? No me suena haber visto algo similar antes.
-
Sus formas lisas ligeramente ovoides, unidas a los enormes motores de descenso
orbital y las alas plegables la confirman como una Stormbird. Usted la conocerá
como Warhawk VI.
-
Pues no. De qué tiempos data.
-
Interesante. -Pareció que Enoch saboreó aquel pequeño momento de superioridad.-
Son extremadamente antiguas, los primeros modelos se utilizaron en las Guerras
Pre-unificación de la Sagrada Terra. Hacía eras que no se encontraba una, y
menos en este estado.
- Un
golpe de suerte para los Magos. Ahora, supongo que habrá que preparar más
divisiones.
-
Correcto. Mañana partiremos hacia la reunión en el Sistema Belerin. Estas
misiones menores ha sido posibles gracias a la cercanía de los yacimientos y a
la poca atención que las han prestado los ataques enemigos. - Modificó de nuevo
las imágenes que tenían delante de ellos.- Antes de salir quiero comunicarles
que el siguiente objetivo a conquistar es este. -Un destructor apareció ante
ellos, los informes lo identificaban como un clase Iconoclasta, aunque dudaban
por la identificación de iconografía imperial.
-
Está demasiado cerca de las posiciones caóticas.
-
Incorrecto. Está más cerca del campo de minas que los herejes han creado, que
de sus propias posiciones. Si una nave de asalto se infiltra en ella podría
ponerla en marcha y acercarla a nuestras líneas antes de que los enemigos
pudieran reaccionar. Han cortado su propio camino con sus explosivos.
- Es
demasiado peligroso. Hay otras muchas naves cerca, con esto podemos provocar un
ataque en masa del enemigo, y necesitamos todos el tiempo posible para que la
armada del lugar se refuerce.
-
Los escáneres no muestran restos de vida en su interior, ni los de las máquinas
ni los psíquicos. Esta vez no habrá sorpresas. Es una oportunidad de aumentar
nuestra flota rápidamente mientras presionamos al contrario.
-
Mis hombres irán. -Volog interrumpió la discusión. -Están desazonados por no
haber podido tomar el crucero que estábamos destinados a reconquistar.
-
Bien, que así sea. -Khur sabía que era inútil discutir con Enoch y Volog a la vez.-
Pero quiero que sea una operación rápida. -Hizo una seña al Visioingeriero para
que le mostrase todo el mapa.- Prepararás tres compañías, una irá directamente
rodeando este cúmulo de chatarra, os servirá de cobertura; las otras dos
estarán preparadas para ir en su ayuda, pero se mantendrán cerca de nuestra
nave en posiciones de abordaje distintas.
-
Como desee Coronel. En la primera irá la Segunda Compañía de Zoroaster. La
Tercera y la Cuarta de Damiq y Saduga se dispondrán para ayudarla.
El
Coronel asintió mirando a todos a los ojos uno a uno. Desde el fondo llegó una
socarrona risilla de Seleuco confirmando que le gustaba el plan.
- En
mi ausencia os dejo a vosotros al mando, actuar de forma prudente, no sabemos
cómo nos va a ir a Enoch y a mí, ni lo que tardarán las fuerzas del
Archienemigo en atacar. En el peor de los casos, antes de que volvamos. Defended
la posición. Por el Emperador.
Todos
corearon la misma réplica.
- Y Catafractaria.
Transporte espacial.
El
Visioingeniero Luther trasteaba de nuevo con el panel de armamento principal de
la fragata acorazada en la que irían Enoch y Khur a la reunión con las fuerzas
locales. Todo estaba en orden, sin embargo no quedaba de más un nuevo vistazo a
todo, no faltaba mucho para que partieran y la seguridad era lo principal. No
podían permitirse que el regimiento quedara de nuevo descabezado, y mucho menos
a ese nivel, la moral de los savaranos quedaría desgarrada justo antes de
comenzar un combate.
A su
alrededor numerosos servidores trabajaban afanadamente en los últimos
preparativos, subiendo células de munición, provisiones de todo tipo y
finalizando la puesta al día del soporte vital. Un mensaje instantáneo llegó
desde fuera del transporte, era el aviso de la llegada de los robots de seguridad
que harían de escolta, sustituirían a gran parte de los soldados que
normalmente serían destinados a la protección de la nave, lo que agradó al
Coronel, aunque esto no evitó que reservase varios camarotes para un séquito
elegido de savaranos. Luther envió una réplica de saludo a los tecnosacerdotes
que entraban junto a las máquinas. Como miembros de la Legio Cibernética
llevaban sobre sus túnicas los distintivos metálicos que los distinguían del
resto de miembros elegidos del Mechanicus. Eran muy callados, sus respuestas
fueron escuetas, casi como si les hubieran obligado a contestar.
Robot de Seguridad Kf 28/3. Legio Cybernetica. Adeptus Mechanicus. |
Se
apartó de la consola, oyéndose varios chasquidos secos al desconectarse de
ella. Todo estaba al cien por cien de sus capacidades, ya solo quedaba que el
Dios Máquina velase porque no tuvieran muchas dificultades para llegar a su
destino. Decidió salir de la nave, llevaba trabajando en ella desde que había
llegado el mensaje de la reunión. Ahora debía prepararse para la misión que le
había sido encomendada. Acompañaría a un grupo de abordaje de guardias cuyo
objetivo era tomar un destructor perteneciente a las naves pre-herejía. Los
informes que había leído mientras se ocupaba en el transporte blindado le
decían que sus mayores preocupaciones se centrarían en ver si podían ponerlo en
marcha. No sabía el estado interno de la nave, ni lo difícil que sería despertar
a su Espíritu Máquina.
Al
cruzarse con varios servidores altamente modificados se acordó de Warfet, lo
había visitado en uno de los pocos momentos en los que no había estado
trabajando. Estaba en los laboratorios, trabajando junto a varias cámaras
cilíndricas rellenas de un espeso líquido verde, en el interior de ellas
estaban algunos de los abyectos experimentos del organicista. Apestaba a
productos químicos. Caminaba arrastrando varios goteros, los cuales estaban
conectados a numerosas partes de su cuerpo, ya fuesen los tubos incubadores de
su cintura, o las terminaciones del entramado venoso que recorría sus músculos
artificiales. Todas las vendas que le recubrían estaban nuevas, lo que unido al
cambio de sus fluidos corporales aclaraba los rumores de que había tenido que
utilizar sus nocivas drogas de combate cuando acompañó al Mayor Volog en la
anterior batalla.
Hablaron
muchas horas sobre los nuevos descubrimientos, dándose cuenta Luther de la
rabia que le había dado a Warfet la pérdida del crucero. Sin embargo poco se
podía hacer, el fuego era la única solución ante una infestación demoniaca. No
pudo evitar fijarse en varios puntos en los que las vendas comenzaban a
mancharse con sangre seca o asquerosos fluidos sintéticos. Puede que él hubiese
heredado de Enoch la meticulosidad a la hora de realizar un trabajo, lo cual
podía hacer que derrochase tiempo en demasiadas ocasiones. Pero Warfet había adquirido
algo más peligroso, el menosprecio de su cuerpo a la hora de investigar. No
solo se veía en la adicción a los cambios biológicos en su cuerpo, sino que las ganas de continuar sus pesquisas habían provocado que no respetase
los tiempos de descanso requeridos para que su cuerpo se recuperase del shock
que habían supuesto las drogas.
Justo
antes de despedirse, Warfet le enseñó lo que había en otro enorme tambor de
cristal, en este caso, iluminado por una potente luz blanca y lleno de un
líquido lechoso. Era una nueva remesa de músculos adulterados, todos ellos
cultivados por el visioingeniero.
Había
cosas que nunca cambiaban.
Nave de abordaje de la Lanza de Hierro.
La
fragata acababa de salir, los hombres esperaban en sus respectivos asientos con
sus armas apoyadas junto a ellos. Algunos hacían tiempo de pies, ultimando
preparativos. Todos se ponían firmes cuando Critio pasaba animándolos
arengándoles para que se exoneraran ante el Emperador antes de comenzar la
misión. Era el otro comisario del regimiento, su procedencia del mundo agrícola
de Gartia denotaba su carácter menos recio que el de Seleuco o Halls. Sus
penetrantes ojos azules hacían juego con los mechones de pelo rubio que de
asomaban desde debajo de la característica gorra de su oficio. Del cinturón
colgaban su espada sierra y su pistola bólter. No había que confundir las
muestras de familiaridad con debilidad, era tan agreste como sus otros
compañeros en el combate, e igual de frío si era necesario. Tan solo tenía otro
estilo.
Disfrutaba
de un refresco en lata que había escamoteado en la nave antes de empezar la
misión. Se acercó a Zoroaster, al que ofreció un trago con un gesto.
-
No, gracias Comisario. -Acompañó su negativa extendiendo una mano hacia arriba.
-
¿Ocurre algo?
- No
se preocupe, pero tengo un mal presentimiento sobre todo esto.
Critio
le quitó importancia al fatalismo del Capitán con un encogimiento de hombros.
Las pequeñas piezas de su armadura entrechocaron musicalmente entre ellas.
-
¿Es por la partida del Coronel? Ha salido unas horas antes que nosotros y la
nave está muy bien equipada. Recuerde, el Emperador protege.
- No,
es ese destructor, no me da buena espina. Es demasiado viable. ¿No?
Zoroaster
sujetaba entre sus manos un mapa recién impreso de las secciones exteriores de
la nave, estudiando los pocos datos que le habían dado los escáneres. Sobre el
papel amarillento, un sinfín de líneas dibujaba la estructura del destructor,
disponiendo en los márgenes de una serie de anotaciones adjuntas en las que se
describían las armas que rodeaban su estructura, que no eran pocas para un
navío que no llegaba al kilómetro y medio de largo. La mayoría de las
observaciones se centraban en su iconografía, siendo esta imperial, pero de un
estilo muy personalizado, estando repleto de alusiones en gótico alto al pillaje
en nombre del Imperio. Corsarios.
- ¿A
qué se refiere?
- No
creo que esto sea un paseo. Puede que este vacía, pero está muy cerca de las
naves herejes, y por mucho que esto sea una operación relámpago, vamos a estar
a tiro durante un buen rato, lo que nos pone en una situación más que
comprometida.
-
Bueno, para eso nos hemos traído a Luther y sus sirvientes. Me aseguraré de que
lo primero que hacen antes de realizar cualquier movimiento es activar sus
escudos.
El
Capitán estiró su mano, aceptando por fin la invitación del Comisario, este
tardó unos instantes en darse cuenta, le cedió la lata monocroma para recogerla
después del trago de Zoroaster. Asintió con la cabeza para mostrar que le había
gustado, procediendo a enjuagarse con el dorso de la mano.
-
Mire, me he criado en el vacío. El espacio reservará siempre las más
desagradables sorpresas a la humanidad. Por Terra que lo conseguiremos, pero no
va a ser tan fácil. Eso se lo aseguro.
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