domingo, 28 de julio de 2013

Savaranos de Catafractaria. "Un nuevo frente".




Lanza de Hierro. Nave de exploración del Adeptus Mechanicus. 

Navegando por el Inmaterium.

Puente de mando del Lanza de Hierro. 

Enoch Zylphia miraba con sus implantes oculares las holopantallas en las que se desparramaba la información sobre los éxitos y fracasos de la expedición, no había estado mal. Los planetas que estaban más allá de luz del Emperador siempre eran interesantes, aunque el último les había decepcionado a todos un poco. El rumor de una nueva PCE movilizaba grandes fuerzas imperiales para investigar su veracidad, sin embargo, para esta solo se había dispuesto del soporte de un regimiento de Savaranos para apoyarlos, el mismo que iba con ellos en su nave. Esto, unido al hecho de que fueran ellos los únicos movilizados para la búsqueda, reafirmó sus sospechas sobre la ínfima importancia del hallazgo. No habían encontrado mucho, tan solo una civilización humana atrasada a la que habían tenido que arrasar por sus obcecadas intromisiones mientras ellos realizaban la exploración de unas viejas ruinas imperiales. 

Ni siquiera habían tenido que desplegar sus máquinas de guerra, los guardias imperiales se habían bastado de sobra para dominar el pequeño planeta tras una serie de rápidas campañas. Aparte de algunos restos de arcanotecnología seriamente dañados no habían encontrado nada. Eso no le gustaba. Esperaba que en el siguiente hubiera algo con lo que engrandecer los conocimientos del Mechanicus. Algo lo sacó de sus ensoñaciones, pudo detectar el cambio en el rumbo, se disponían a salir de la ruta preestablecida, de repente un nuevo informe de los Magos le hizo despertarse, sus implantes a cargo de la adrenalina casi se disparan. Si el visioingeniero hubiera tenido boca habría sonreído, esto sí que era  interesante. Naves anteriores a la Herejía…

Se levantó de su silla y salió de la sala ignorando a los psíquicos, tecno-pilotos y servidores que se afanaban por mantener la nave en el inmaterium. Como visioingeniero jefe era el enlace de mayor rango con los soldados imperiales que les acompañaban, debía informar a su alto mando sobre el nuevo destino, según los Magos la exploración podía esperar, y no podía quitarles la razón, esa era una oportunidad que pocas veces se presentaba ante ellos. Comenzó a andar rápidamente por los anchos pasillos, sus botas de acero hacían un gran ruido cuando su pesado cuerpo mecánizado se desplazaba. Llevaba sus potentes servobrazos recogidos para evitar que golpearan a cualquiera que se cruzara con él, o a la barroca decoración de las pareces. 

Entró en la zona de la nave destinada al alojamiento de los guardias imperiales, su iluminación era amarillenta, no rojiza, como la del resto de la estructura. Enoch conocía el camino de sobra, se adentraba por aquellos corredores con mucha más frecuencia que el resto de tecnosacerdotes. Era normal que hubiera una zona preparada para los soldados que los acompañaban, casi todas las naves de ese tipo construidas en los astilleros espaciales de Cuprus e Hicorion solían disponer de unas instalaciones similares. La costumbre de escoltarse con la guardia imperial pesada de su sistema originario era algo normal para ellos durante los viajes de exploración. 

Los barracones, los comedores y las salas de entrenamiento daban paso a hangares, armerías y otras zonas en las que convivían los soldados con los pocos civiles que los seguían en su viaje. Muchos hombres con los que Enoch se cruzaba lo saludaban al estilo militar, el devolvía los saludos con inclinaciones de cabeza, le faltaba poco para llegar, ya se podían oír la música, aunque la zona de las cantinas estaba más tranquila de lo normal. 

Fuego de los Santos. Tasca para los ofiales.

Khur Frates disfrutaba del licor del vaso que hacía girar lentamente con su mano derecha. Miraba como los cubitos de hielo chocaban unos con otros, casi podía oír el ruido que hacían, la música no tenía un volumen muy alto, ellos lo habían pedido así. Acababan de salir de una campaña fácil y victoriosa, apenas habían sufrido bajas, las armas primitivas de pólvora de aquellos salvajes no habían servido de nada contra sus armas laser y de munición sólida. Pocos habían caído bajo las armas enemigas, lo peor habían sido los virus, la mayoría del regimiento había tenido que ser tratado contra ello por los médicos que les acompañaban. Las infecciones que poblaban aquel asqueroso planetoide se habían llevado por delante a Jerio Durkus, general al mando del 143 de Savaranos de Catafractaria.

Esa no era una muerte digna para un soldado del Emperador, y mucho menos para uno que había comandado su regimiento desde hacía más de 30 años. El general había caído enfermo justo después de que la última resistencia enemiga fuese barrida, junto al suyo, los casos de la epidemia se dispararon rápidamente. Gracias a los genetistas del Mechanicus se pudo encontrar rápidamente una cura, pero fue tarde para Jerio, los virus ya habían acabado con él y otros cuantos soldados cuando se empezaron a suministrar las medicinas. 

Aquello dejaba al regimiento en una mala situación, el mando había sido descabezado al poco de empezar la expedición, y encima tan lejos de su sistema originario. Khur suspiró, sabía lo que significaba eso, él era el segundo de más rango, pero eso no implicaba que fuera a pasar de Coronel a General, probablemente les endilgarán algún imbécil de otro planeta con ansias de gloria que ocuparía el puesto de Jerio. Eso haríaque sus tareas se doblarsen, tanto con el nuevo general como con la aceptación que tendría con los hombres.
Recorrió la sala con la mirada, estaba casi vacía, tanto los oficiales como la mayoría de los soldados estaban realizando maniobras, no podían amodorrarse, el entrenamiento después de una pérdida como la que habían sufrido vendría bien a la tropa, por lo menos mantendría alta la moral. La tasca era rectangular, con una larga barra en un lateral tras la que descansaba el camarero. Las paredes estaban recubiertas de contrachapado, tenían fluorescentes a lo largo de ellas, un amplio banco corrido y mesas redondas con sillas a juego. 

Pudo ver al mayor Volog sentado solo en una esquina leyendo atentamente unas letanías religiosas, era un hombre de estatura media, con una complexión fibrosa y un pelo gris muy corto, no solía hablar mucho, algunos decían que era demasiado devoto, aún así había llegado al rango de mayor por méritos propios, y eso decía mucho a su favor. En el medio de la sala el teniente Syrus y el sargento primero Procass jugaban a las cartas con algunos soldados que estaban de permiso. El primero, de baja estatura pero de hombros anchos tenía la cara manchada de aceite, habría estado presente durante la revisión de algún vehículo, a pesar de ser un buen soldado de infantería siempre había sido muy bueno a la hora de dirigir carros de combate. El segundo, algo más joven, tenía la cabeza rapada y a diferencia de sus compañeros se mantenía tranquilo observando las jugadas del resto de jugadores. 

Las puertas metálicas se abrieron con un leve chirrido. Todos se giraron y se quedaron mirando a la figura que entraba por las puertas. Era Enoch, saludó a todos y se dirigió hacia Khur, su túnica roja ondeaba a cada uno de sus pasos, el olor de sus incensarios se impuso al de los cigarrillos y el alcohol, el visioingeniero se acercó rápidamente al coronel.

- Saludos Coronel. Hay un cambio en la ruta de nuestro viaje. 

- ¿Qué ha pasado esta vez?

- Salimos del camino establecido. La exploración puede esperar. Una agrupación de naves ha aparecido en una serie de sistemas cercanos y debemos ver qué contienen. 

- Qué tipo de naves son, no pienso sacrificar a mis hombres para que vosotros os dediquéis a  hurgar en chatarra espacial.

- ¡No es chatarra! ¡Son de los tiempos en los que el Emperador caminaba entre las estrellas! -El Coronel se revolvió en el taburete- Además, hemos recibido varias señales de socorro de las autoridades del lugar, una flota de herejes ha aparecido detrás de estas naves y está atacando los sistemas. 

- ¿Y qué pasa con la exploración?

- Nada, si encontramos algo suficientemente interesante podremos retirarnos a Catafractaria y dejar que otra flota de exploración del Segmentum se encargue de ello. Prepare a sus soldados Coronel, en menos de dos días llegaremos al sistema Sagkeion Lambda y tendrán que estar preparados para la lucha.

- Bien. No se preocupe Visioingeniero Jefe, ahora mismo comunicaré a las tropas el nuevo destino.
Enoch se dio media vuelta para salir de aquel sitio, pero antes se volvió para comunicar algo más, sabía que iba a agradar tanto al Coronel como a sus hombres.

- Un último asunto, Coronel. Hasta nueva orden obtiene usted el mando total sobre el regimiento, no se introducirá un nuevo General debido a la complejidad de la situación. ¿Entendido?

- Claro. - Contestó Khur sonriendo – Por el Emperador.

- Y el Trono. Coronel. Y el Trono.

Sala de reuniones B1 de los Savaranos. Rumbo al Sistema Sagkeion Lambda.

El mayor Arsacis abrió las puertas de la sala de reuniones a la que había sido convocado, allí, situados alrededor de una larga mesa rectangular estaban buena parte de los mandos del regimiento, el coronel Khur presidiendo uno de sus extremos. A un lado estaban el mayor Volog y los principales hombres bajo su mando, mientras que al otro estaban los suyos propios, de entre ellos el capitán Mitrídates le indicó con un gesto dónde estaba su asiento. Al otro extremo de la mesa estaba Enoch con sus dos principales visioingenieros. 

- Llega tarde Mayor. - Esas fueron las palabras de Seleuco, gran comisario del regimiento. Aunque tenía la corpulencia típica de los pobladores de Catafractaria, se las había apañado para colocarse en una esquina al fondo de la sala. Escondido entre las sombras de aquella habitación lo único que delataba su presencia era el cigarrillo que sujetaba entre sus labios. Su rostro, surcado por una cicatriz en la frente, se iluminaba con cada calada. 

- Pido disculpas Comisario, estaba dirigiendo los ejercicios de la tropa. Como puede ver ni siquiera he podido quitarme el uniforme de combate. - Acompañó su afirmación pasando una mano enguantada sobre la guerrera haciendo que las placas de ceramita entrechocaran entre ellas.

- Centrémonos. -Intervino Khur- Esta reunión ha sido convocada de emergencia. Vamos a ser movilizados a un nuevo frente dentro de 46 horas. - Mientras acababa de decir esto pudo ver como Seleuco sonreía desde el fondo de la sala. 

- ¿A dónde vamos esta vez? - Quiso saber el capitán Cinnamus, uno de los hombres de confianza del mayor Volog. 

- Una flota de naves pre-herejía ha surgido cerca de los sistemas Belerin, Dolnúdaca y Sagkeion Lambda, detrás de esta, ha aparecido una de herejes. -Contestó Enoch captando la atención de todos.- Hemos recibido diferentes señales de socorro por parte de los planetas, acudiremos en una misión doble, prestaremos toda la ayuda posible a las tropas imperiales del lugar e investigaremos esas misteriosas naves.

- ¿Hay más fuerzas desplegadas en el combate? - Preguntó el mayor Arsacis.

- Sí, los astrópatas han captado emisiones de varias flotas de Astartes que también han llegado para ayudar. Preparen a sus hombres para luchar contra cualquier cosa, si hay Marines Espaciales de por medio las naves del Caos no solo traerán herejes, y no sabemos que puede haber en las entrañas de la otra flota. 

- No se preocupe Visiongeniero Jefe, la tropa necesita desquitarse de la tragedia del General, se lanzarán contra lo que sea. - Afirmó el curtido teniente Sinu.

- Bien, apareceremos en las cercanías del sistema Sagkeion Lambda, preparar a los hombres para que tengan su equipo disponible para el combate antes de que salgamos del inmaterium. - Dijo el coronel Khur con voz seria. - Si esto sale bien, este viaje puede empezar a dar frutos mucho antes de lo que todos esperábamos. 

 Camarote del Coronel Khur Frates. Siete horas antes de llegar al Sistema Sagkenion Lambda.

Una luz tenue iluminaba la habitación, dos figuras descansaban en la cama, una apoyada sobre la otra, las sábanas blancas se arremolinaban alrededor de sus sudorosos cuerpos. Sus ojos se dirigían hacia la armadura que descansaba sobre un viejo baúl metálico.

- Otra vez vais a luchar… - Una voz femenina rompió el cálido silencio.

Khur miró a Dijnia, repasando cada detalle de su bello cuerpo. Ella era tanto su compañera como su amante, solía seguirle en todos sus viajes y campañas, había otras en la nave que seguían a su pareja en sus viajes, aunque era la única que pertenecía a Calestis, la luna de Catafractaria Prima. Tal y como mandaban las tradiciones barbáricas de su lugar de origen tenía toda la piel teñida de un color. Un azul muy oscuro en el suyo. Contrastaba con el fuerte amarillo de sus grandes ojos. Durante un instante recordó aquellos días en los que se conocieron, cuando él no eran nada más que un soldado raso y combatía una razzia a gran escala de esclavisas xenos.

- Si, es nuestro deber. -Suspiró.

- Tú intenta volver de una pieza. - Tras decir esto, Dijnia estrechó su abrazo sobre él. Pudo sentir su respiración sobre el pecho. Tenue, cálida, tranquila. 

Khur esperó un rato, para pertenecer a un mundo salvaje ella siempre era capaz de recodarle que había algo más que guerras y cruzadas eternas. Suspiró, se deshizo con mimo del abrazo, se dio una ducha rápida y fué hacia sus pertrechos. Comenzó a ponerse el pesado traje de combate, era similar al del resto de sus hombres. Empezó por los ropajes de liviana tela sobre los que pasaría a colocar las cotas de malla ligeras recubiertas de numerosas placas de ceramita, después, apretó el cinturón, metió su pistola bólter en la funda y colgó su espada de energía en el lado contrario. 

Mientras tanto, iba pensando en la dificultad que se presentaba en las siguientes horas, ya se había pasado revista a la tropa, el regimiento estaba al completo, las escasas bajas de la campaña anterior se habían suplido con acompañantes civiles, como eran de Catafractaria no habría problema alguno. Saldrían de la disformidad y pasarían a la acción en cuanto pudieran, asaltarían algunas de las naves pre-herejía para que los esbirros de Enoch pudieran controlarlas o como mínimo escanearlas, también existía la oportunidad de que parte de las tropas se dirigieran al alguno de los planetas si la situación requería de su ayuda. Ya verían qué hacer. 

Se equipó con el resto de los enseres y salió de la habitación con el casco debajo del brazo. Se giró un instante antes de salir, Dijnia continuaba en la cama, intercambiaron una rápida mirada de despedida, no hacía falta decirse nada más.

martes, 16 de julio de 2013

Savaranos de Catafractaria. Regimiento de la Guardia Imperial. Trasfondo Principal.

Savaranos de Catafractaria.


Zona: Segmentum Ultima, zona espacial occidental a Kar Duniash, (centro de la flota del sector).


Introducción: Adustos, esforzados y físicamente imponentes, los savaranos son uno de los muchos regimientos de la Guardia Imperial que destacan más por la calidad que por la cantidad de soldados que ponen al servicio del Emperador de la Humanidad. Famosos por su pesada indumentaria, dicen ser descendientes de colonos originarios de la propia Terra, lo que independientemente de que sea verdad o no, los hace ser terriblemente orgullosos de unas tradiciones militares milenarias, heredadas de generación en generación en las prestigiosas academias de sus mundos originarios. 

Pertenecientes al desolado y casi inhabitado Subsector Catafractario, han desarrollado un espíritu combativo basado en la marcialidad más disciplinada, acostumbrándose a batallar solos, contando con la mejor panoplia que sus belicosos mundos pueden ofrecerles, cada soldado es como una pesada almacena que despedaza la columna vertebral de los enemigos del Imperio.

La forma lacónica de comportarse ha hecho que se hayan ganado una fama de insociables e independientes, sin embargo, su equipo pesado, el severo régimen de entrenamientos y el alto grado de castigo que aguantan estos soldados ha hecho que en muchas ocasiones sean destinados a realizar ataques en puntos de inflexión, allí donde el frente está más comprometido o se necesita romper la línea del enemigo. 

Tener que poblar su propio subsistema, casi vacío desde tiempos remotos, ha hecho de sus regimientos un bastión irreductible, curtido en la pelea, capaz de darlo todo por el Trono y Catafractaria. Esta soledad ha forzado la necesidad de cooperar con las autoridades imperiales, destacando en ello el Adeptus Mechanicus, junto al que ha combatido en numerosas ocasiones, ya que la compañía de estos soldados del Astra Militarum es más que agradecida a la hora de engrandecer los conocimientos del Dios Máquina. 


Historia: El próspero sistema planetario de Catafractaria estaba poblado desde la Era Oscura de la Tecnología a partir de una serie de titánicas naves de colonos que partieron del Sistema Solar en busca de nuevos mundos que poblar. Los nuevos pobladores se encontraron una sucesión de planetas de gran tamaño y con numerosos recursos que les permitieron asentarse y fundar su propio imperio en la zona desde Catafractaria Prima, la primera colonia que fundaron. Las guerras con los vecinos xenos fueron constantes hasta que se los mantuvo a ralla o se firmaron pactos de no agresión. 

El sistema aumentó de población rápidamente, ganando peso y fuerza en la zona, extendiendo sus redes comerciales gracias a sus poderosas flotas y el avanzado armamento de sus disciplinados ejércitos. 

Sin embargo, esta prosperidad no podía durar eternamente. Con la Caída de los Eldar y el desparramamiento de la disformidad por la galaxia, el Imperio Catafractario, que había destruido a cualquier enemigo que se hubiera atrevido a plantarle cara, sufrió el más duro de sus reveses. Las redes comerciales se desplomaron, colosales flotas y ejércitos enteros fueron devorados por el vacio espacial, las facciones humanas y razas xenos aliadas fueron diezmadas, sino destruidas. 

El caos comenzó a reinar, el propio sistema entró en una serie de horrendas guerras civiles a nivel interplanetario por la posesión de los recursos naturales. Y lo peor estaba aún por llegar, en torno al M29, cuando las tormentas disformes empezaron a amainar en el sector, una extraña raza de xenos cibernéticos llegó de la nada y sometió el sistema para asentarse en él, esclavizando a los humanos para hacerlos trabajar hasta la muerte a modo de castigo por su “blasfema” existencia. 

Estalló la Guerra de la Condenación, en la que los planetas de Catafractaria intentaban expulsar a este enemigo que disponía de un armamento y unas reservas muy superiores a las suyas. Poco a poco los humanos del sistema fueron resistiendo a duras penas en sus respectivos planetas, manteniendo a ralla a los xenos aunque sufriendo terribles pérdidas. Los genocidios se fueron dando uno tras otro, perdiéndose las poblaciones de continentes enteros. Los distintos gobiernos humanos mantenían sus posiciones en los sus planetas, debiendo ceder terreno poco a poco en una atroz guerra sin fin. 

A principios del M30 hubo un cambio radical en la guerra, al lado del planeta Cuprus se abrió una brecha en la disformidad y surgió de ella una enorme nave expedicionaria del Adeptus Mechanicus. Los tecnosacerdotes de Marte barrieron con un bombardeo orbital a la población xenos del planeta, aterrizaron su nave en él y se asentaron para formar una cabeza de puente desde la que tomar el sistema. 

La respuesta de los xenos que casi dominaban el sistema fue inmediata, enviaron una enorme flota que desembarcó a sus mejores tropas directamente delante de la nueva colonia humana que se estaba formando alrededor de la nave del Mechanicus. Confiados en que los nuevos humanos serian fuertemente barridos, desplazaron a la mayoría de su ejército a esta contienda. Cuan fue su sorpresa al ver como toda una legión de Titanes se posicionaba delante de ellos en el campo de batalla. No esperaban algo así, sus gigantescas máquinas de guerra y millones de soldados fueron masacrados en una sola tarde. La furia de los colonos de Marte fue enorme. No cesando su empuje hasta haberlos eliminado a todos de la superficie del planeta.
Comenzó entonces una nueva guerra en la que el Adeptus Mechanicus firmó una alianza con los humanos del sistema para llevar la guerra al resto de planetas ocupados por los xenos cibernéticos. Los aliens pasaron a unas posiciones defensivas desde las que lograron frenar el empuje de las dos facciones humanas, llegando a una guerra de posiciones interplanetaria en la que nadie podía afirmar quien iba a ser el ganador. 

La decisión final llegó de nuevo de manos del Sistema Solar, cuando durante la Gran Cruzada un destacamento de la Legión de los Manos de Hierro llegó al sistema de Catafractaria, decantando la guerra a favor de la humanidad, exterminando a los xenos, abrasando sus ciudades ovaladas no dejando rastro alguno de estos. 

La liberación fue seguida de una unificación de los destrozados sistemas humanos en una Confederación Planetaria que rápidamente fue anexionada al naciente Imperio de la Humanidad. El planeta de Cuprus fue cedido al Mechanicus en gratitud por su ayuda en la guerra contra los xenos, quedando este totalmente independiente del gobierno confederado. 

A lo largo de la Gran Cruzada, la Confederación de Catafractaria contribuyó con numerosas tropas al Ejército Imperial, luchando allí donde les ordenaba el gobierno del Emperador de la Humanidad. Hay que destacar su participación en numerosos xenocidios, llegando a pedir su participación en estos, ya que el recuerdo de la Guerra de la Condenación aún estaba muy reciente. En el exterminio de los militaristas Xilianos destacaron por su falta de piedad a la hora de ejecutar en masa a la población civil xeno. Su valor a la hora de contener a los salvajes Ku´hyrs fue reconocido por Sanguinius, Primarca de los Ángeles Sangrientos. Y no hay que olvidar el asalto en masa sobre los planetas del cúmulo  de Traccus, en el que apoyaron a los, [censurado por la Inquisición], a someter al imperio humano-xeno de Jactrius, famoso por su producción de tropas clónicas. 

Durante la Herejía de Horus, Catafractaria se mantuvo fiel al Trono, defendiéndose y atacando a otros sistemas cercanos que no hicieron lo mismo, sirviéndose de la ayuda de los adeptos de Cuprus para ello. Las tropas cedidas al Ejército Imperial no solo lucharon en las cercanías del sistema, sino que combatieron a favor del Emperador allí donde estuvieran destinadas, aunque eso supusiera estar en tremenda inferioridad numérica o táctica. Pocos registros quedan de aquella época, pero los pocos que hacen referencia a las tropas de Catafractaria durante la lucha contra el Architraidor, narran  las epopeyas de los numerosos héroes que dieron su vida por defender al Imperio del Hombre en la peor de sus horas. 

La historia de la Confederación de Catafractaria ha estado ligada al Segenmtum Ultima de los siguientes milenios del Imperio del Hombre, luchando sus regimientos de la Guardia Imperial en sus diferentes frentes. Estos regimientos fueron establecidos de forma oficial en el M32, para apoyar el restablecimiento del Imperio tras los sucesos de la herejía. Durante M33 y M34 los regimientos de Savaranos apoyaron en muchas ocasiones a las flotas del Adeptus Mechanicus en su incansable búsqueda de Plantillas de Construcción Estándar, lo cual hizo que las relaciones entre el sistema de Catafractaria y Marte se estrechasen más. 

Ha habido incidencia en otros Segmentum, participando en numerosas ofensivas de dichos sectores, sirviendo al Emperador y a los Altos Señores de Terra allí dónde han podido o han sido solicitados. 



Sistema planetario: 11 planetas y un sol. Ordenados de más ceca a más lejos de su estrella:

+ Griks: Mundo Muerto. La cercanía al sol de su sistema ha hecho que su superficie sea un gigantesco océano de roca fundida con algunos islotes pétreos salpicando su superficie. Varias compañías comerciales del sistema y los tecnosacerdotes de Cuprus extraen minerales directamente de su superficie. 

+ Nybde. Mundo Minero. Su superficie naranja está salpicada de volcanes en constante erupción, formando numerosos ríos de lava que recorren lentamente todo el planeta.   El gobierno confederado mantiene varias bases mineras en puntos elevados y estratégicos del planeta. 

Presencia de Xenos nativos, conocidos como Xruxils, estando en un estadio primitivo. Organizados en comunidades tribales que evitan la presencia humana y recorren la superficie del planeta alimentándose de ciertos tipos de minerales. Las intentonas de exterminarlos han sido frenadas por el Ordo Xenos y sus secretas investigaciones sobre esta raza. Nivel de peligrosidad: Mínimo. Armamento: Hachas y cuchillas de mano primitivas. 

+ Cuprus: Mundo forja del Mechanicus. Como gran asentamiento del Adeptus Mechanicus en el sistema desde los tiempos en los que el Emperador caminaba entre las estrellas, este mundo forja tendrá toda su superficie cubierta por innumerables fábricas, chimeneas descomunales, centros de producción masiva de armamento y equipo militar. Billones de servidores trabajan a diario junto a sus amos para mantener una producción constante con la que mantener las necesidades tanto armamentísticas como tecnológicas de todo el sistema de Catafractaria, buena parte de los vecinos y más allá. 

Este mundo ha contado con una producción famosa por su eficiencia y ligeros avances, recibiendo en el M36 varias copias de Plantillas de Construcción Estándar sobre numerosos modelos de la Legio Cibernética, lo que ha permitido que produzca legiones de robots tanto para su uso propio, como para enviarlas a otras partes del Segmentum.

Su independencia del gobierno confederado de Catafractaria no ha impedido que entable muy buenas relaciones diplomáticas con este, destacando el campo militar, en el que a cambio de un apoyo en su incesante búsqueda de tecnología perdida por la galaxia, algunos visioingenieros acompañarán a los regimientos de la Guardia Imperial Savarana en sus campañas militares. 

+ Bactris: Mundo Agrícola. Destinado a alimentar a todo el sistema, este mundo tiene toda su superficie cubierta por gigantescos campos en los que se cultivan cereales, frutas, hortalizas y verduras. Los obreros de numerosas ciudades trabajan con ruidosas máquinas para mantener al día las explotaciones agrícolas y poder pagar el tributo imperial. Enormes bosques productores de madera de gran calidad recorren las escarpadas zonas que no están destinadas al cultivo, criando en ellos varias especies animales para obtener carne que se vende a los otros miembros de la confederación. 

+ Catafractaria Secunda: Mundo Colmena. La segunda gran colonia fundada por la humanidad en este sistema, tendrá varios billones de habitantes distribuidos en titánicas ciudades colmena que salpican la negra superficie del planeta. De entre sus numerosas industrias hay que destacar que tiene las mayores fábricas de vehículos y refinerías de combustibles del sistema, abasteciendo a sus vecinos y a las flotas imperiales que los necesiten, aunque siempre tiende a imponer sus propios precios.

+ Satras: Luna-colmena. Muy similar al planeta sobre el que orbita, los hombres que pueblan sus ciudades colmena destacan por tener muy buenas manos para el trabajo en la informática, lo cual viene muy bien para fábricas de productos electrónicos. 

+ Catafractaria Prima: Capital del sistema. Mundo Colmena. Como planeta más grande y poblado de Catafractaria, la sede central de la Confederación estará en su ciudad colmena más grande, la cual se eleva sobre los restos de la milenaria capital de lo que en tiempos pretéritos fuese la capital del Imperio Catafractario, por lo que los productos arcanotecnológicos que recogen las belicosas bandas de su submundo están muy valorados, tanto por coleccionistas, como por el gobierno y sus enlaces con el Adeptus Mechanicus.

El departamento del Munitorum dispondrá de toda una legión de burócratas que gestionarán el gobierno del planeta y el sistema, compitiendo fuertemente con los de los otros departamentos del sistema, ya que la fuerte ambición de Catafractaria Prima de convertir la confederación en una federación generará una competencia que ha dejado de ser sana en más de una ocasión.

El cuartel general de los Arbitres estará en este planeta, pudiendo desarrollar sus investigaciones en el sistema con bastante comodidad ya que la fuerte tradición combatiente de los habitantes del sistema y la costumbre de tener más de un Mk Sariss por hogar hará que esta policía imperial sea ayudada en muchos casos por las fuertes milicias de las ciudades colmena. 

+ Celestis: Luna-Letal. Debido a una tradición casi olvidada, el gobierno confederado no permitirá que nadie se asiente en esta luna. Tan solo dos grandes cuarteles de vigilancia e instrucción militar se situarán en las cimas de las dos coronas montañosas que salpican su selvática superficie. 

Las numerosas bestias y la abundancia de plantas carnívoras harán que la población humana indígena esté en un estado de barbarie constante. Estas tribus guerrearán entre ellas por los territorios y diversos tabúes tribales, destacando su costumbre de cubrir su piel con fuertes pigmentaciones fabricadas por sus respectivos chamanes, las cuales a lo largo de los años acaban incrustándose en la piel, pudiendo diferenciar a las distintas etnias por su color característico. 

La Eclesiarquia logró modificar los cultos de los nativos, convirtiendo en la mayoría de los casos al Emperador en su divinidad principal, añadiendo un pequeño elemento de unidad a estas tribus, lo cual hace que se agrupen rabiosas hordas barbáricas que marcharán junto a los soldados imperiales si la Luna es invadida por xenos o herejes. 

+ Gartia: Mundo Agrícola. Repleto de interminables praderas divididas por tranquilos ríos, las zonas que no se han dedicado a la agricultura de este planeta están repletas de explotaciones ganaderas con decenas de miles de cabezas de ganado que producen carne y productos secundarios con los que abastecer a todo el sistema. Los pobladores de este planeta se reparten por innumerables pueblos muy rurales en los que la tradición pastoril y ganadera está tremendamente arraigada. Gracias a esto, las Fuerzas de Defensa Planetaria de este planeta son las únicas que producen Rough Riders.

+ Catafractaria Sexta: Mundo Colmena. Industrial. Este mundo fue el último en ser colonizado en su totalidad, ya que estaba en manos de una civilización robótica que tuvo que ser exterminada cuando se llevaba a cabo la población del sistema. Fue dejado en último lugar, aprovechando el hecho de que sus habitantes consideraran a la humanidad una raza inferior que no era digna de su atención.

El mercado de tecnología antigua ha hecho que la superficie del planeta y el submundo de sus colmenas sean zonas en guerra entre las bandas cazadoras que rinden pleitesía a las casas poderosas de las cúspides de sus colmenas. Lo que no saben estas casas es que en las cúspides de sus colmenas la casa imperial observa desde la sombra todos sus movimientos, ávida de requisar tecnología antigua y prohibida por la que el Mechanicus pagaría una auténtica fortuna. 

+ Catafrataria Tertia: Mundo colmena. Con una superficie surcada por numerosas cordilleras montañosas, sus cuantiosas ciudades colmena están unas muy cerca de otras, llegando algunas a sobresalir por encima de la contaminada atmósfera del planeta. Una infinidad de túneles recorrerá su subsuelo, haciendo que surjan muchos asentamientos subterráneos secundarios.

Algunos de estos asentamientos se dedicarán a distintas tareas artesanales, llegando los más prósperos a exportar sus productos a las grandes ciudades colmena de la superficie, y desde estas a otros mundos del sistema. 

Esto hará que los hombres de este planeta sean muy buenos constructores y mineros, lo cual hará que sus tropas sean muy buenas como zapadores y combatientes de galería.

+ Catafractaria Cuarta: Mundo en Desarrollo. Originariamente era un incipiente mundo colmena extremadamente poblado. Sin embargo en torno al M38 su superficie fue arrasada por un aterrador Waaagh! orko que convirtió durante varias décadas el mundo en una zona de guerra hasta que los brutales xenos fueron purgados por completo del sistema.

Solo sobrevivieron dos ciudades colmena, las cuales se afanan en reconstruir poco a poco los otros asentamientos del planeta. Mientras van repoblando y reconstruyendo las ciudades colmena que fueron destruidas durante la guerra, el resto de la superficie del planeta se ha dividido en dos zonas. 

La primera con varios reinos y repúblicas vasallas de las ciudades colmena, los cuales están en un estado de desarrollo industrial atrasado, llegando a enfrentarse entre ellos en largas y duras guerras de trincheras. La segunda será una zona con su propio espaciopuerto, convertida en una gigantesca zona cuartel que ocupa dos pequeños continentes, en la que los regimientos de catafractarios se adiestran para el combate urbano. 

+ Catafractaria Quinta: Mundo Colmena. Con enormes océanos separando sus ciudades colmena, solo las formas de vida más duras y peligrosas sobreviven en sus turbias aguas. Esto ha hecho que la Marina de Guerra Imperial esté muy desarrollada en este mundo, teniendo sus habitantes muy buena orientación en ambientes en los que otros hombres se marearían y no sabrían que hacer.

Aparte de una incipiente industria del acero, las grandes piscifactorías  sus colosales depuradoras anexas a las ciudades colmena han hecho que surjan ricas casas comerciales que comercian tanto con productos industriales como con alimentarios, llegando a exportar sus producciones a otros sistemas planetarios del Segnmtum.  

+ Hicorion: Luna. Mundo Artificial. Comenzando como un pequeño laboratorio de investigación en un pedrusco que orbitaba alrededor de Catafractaria Quinta, la progresiva añadidura de plataformas de defensa orbital y de unos imponentes astilleros orbitales hicieron que alcanzase el tamaño de una verdadera luna. Además de tener una creciente población de obreros e ingenieros, habrá un pequeño destacamento del Adeptus Mechnicus para supervisar la constante construcción de naves para la Flota Imperial.

Estética y equipo: El equipo de la Guardia Imperial Savarana estará diseñado para equipar a regimientos de infantería pesada, protegiendo todo lo posible a los soldados, al mismo tiempo que les permite desenvolverse con naturalidad en cualquier tipo de ambiente. 

La armadura caparazón de estas tropas estará realizada en un diseño propio, basado en una guerrera larga, una camisa de combate y unos pantalones hechos con largas mallas de acero ligero recubiertas de pequeñas placas rectangulares de ceramita cosidas entre sí, formando una pantalla protectora y flexible que permite al soldado correr y moverse con normalidad. 

Los guantes y las botas militares seguirán un esquema similar al de la armadura, aunque con piezas mucho más ligeras, aún así muchos soldados prescindirán de los primeros para poder tener un mejor manejo del armamento. El casco será redondeado con una tira de malla que cubre la parte de atrás del cuello y los laterales de la cara. La parte delantera estará destapada, aunque incluirá un aplique para colocar la máscara antigás si es necesario. En la parte superior dispone de un pequeño enganche en el que se puede colocar una larga cuchilla ritual para los desfiles.

El resto del equipo llevará lo básico para el soldado. En una mochila: Linterna recargable, (manual), raciones deshidratadas, cantimplora, kit de aseo y primeros auxilios, herramientas básicas, utensilios de cocina, cantimplora, y collar con placas de identificación. Máscara antigás, plana, hecha a la medida del casco, tapa toda la cara y deja dos cristales fotovisores para los ojos, de forma semiesférica con los lados rectos paralelos al borde el casco.

Idiosincrasia: Con la Guerra de la Condenación, la población de la Confederación de Catafractaria sufrió una selección natural rápida y brutal, lo que hizo que la población superviviente fuera corpulenta y ruda. Este estado se ha mantenido debido al recio militarismo imperante en la sociedad, comenzando un servicio militar básico y estandarizado que se irá completando con el paso del tiempo hasta hacer de cada ciudadano un recio soldado al mismo tiempo que un buen trabajador o letrado.

El servicio militar se debe renovar cada cierto tiempo por parte de todos los varones aptos para ello, aunque estos periodos de renovación no son tan duros como el entrenamiento al que son sometidos los numerosos ciudadanos que deciden entrar a formar parte de las Fuerzas de Defensa Planetaria o de los regimientos de la Guardia Imperial que el sistema paga como tributo al gobierno de Terra. 

La mujer realiza el adiestramiento básico de soldado, aunque en su caso la renovación del servicio militar y el ingreso en los ejércitos imperiales será voluntario. 

A la hora de combatir, los regimientos de Savaranos han destacado por su valor y resistencia, tanto a la hora de defender todo tipo posiciones como de asaltarlas, sirviéndose de su equipo pesado para irrumpir en las posiciones enemigas y barrerlas con toda la potencia de fuego posible. Gracias a las numerosas piezas de su equipo la autonomía de los soldados es bastante amplia, pudiendo operar un tiempo considerable fuera de las líneas de abastecimiento del frente.

El uso del MK Sariss por parte casi todos los soldados a hecho de estos buenos tiradores, siendo bastante apreciados en las guerras urbanas o de trincheras por diezmar al enemigo con precisas ráfagas de balas o disparos laser. 

Estas características, unidas a la dureza de la población de sus planetas y a la mentalidad luchadora de los savaranos, han hecho que se hayan ganado un buen renombre dentro de los regimientos de la Guardia.



Organización:

Regimiento: Con un Coronel a su cabeza: 10000 hombres. 

División: Mandado por un Mayor: 2 divisiones de 5000 hombres. 

Compañía: Mandada por un Capitán: 10 compañías de 500 hombres cada una por División. 

Pelotón: Partes de la compañía, 50 hombres cada una, un Teniente a la cabeza de cada una. 

Sección: Mandada por un Sargento: son las partes del Pelotón con 10 hombres cada una. Por cada 5 secciones habrá un Sargento Primero, dirigiendo a los sargentos que estén bajo él. 

Sección de Infantería: Divisiones dentro de las secciones, especializadas según su armamento y equipo.

Armas: Podrán recurrir a todas las armas del arsenal imperial para la Guardia, aunque habrá dos elementos característicos de estas tropas:

Rifle laser Tipo Kontos: Es un modelo más del rifle laser típico de la Guardia Imperial, caracterizado por ser más largo y pesado, disponiendo de varios refuerzos metálicos para hacerlo más resistente. Suele utilizar cargadores de 30 rondas bastante potentes que le permiten atravesar blindajes ligeros y dañar seriamente los pesados. Puede utilizar otros cargadores, aunque pierde potencia debido al diseño interno del arma.  La bayoneta será una cuchilla recta y larga con hoja ancha, con doble filo para maximizar los daños a la hora de destripar al enemigo.

Mk Sariss: Fusil de cerrojo tradicional de los habitantes de Catafractaria. La munición va en peines de cinco balas. Los suyos fueron los únicos planos de construcción de armas que se salvaron de la Guerra de la Condenación, siendo un arma muy atrasada, pero apreciada por su durabilidad y fácil producción respecto a otras armas más avanzadas. Desde aquellos oscuros años será un arma indispensable para todos los hogares de Catafractaria, sirviendo también para el adiestramiento básico militar. La producción local de este arma y el valor que tiene para los habitantes de estos mundos ha hecho que todos los guardias acompañen el rifle laser con esta arma arcaica.

Vehículos: Utilizarán la mayoría de vehículos del arsenal imperial, destacando varos modelos de Leman Russ, Chimeras, Sentinels y Moteros Pesados Griffon. 

 Campaña de Aves Muertas: El 143  de los Savaranos de Catafractaria acudirá al conflicto tras recibir la señal de socorro emitida por las autoridades imperiales. Es transportado por una nave exploradora del Adeptus Mechanicus junto a la que viajaba tras una expedición en la frontera imperial.