domingo, 14 de septiembre de 2014

Savaranos de Catafractaria. "Nuevos contrincantes".



Lanza de Hierro. Nave de exploración del Adeptus Mechanicus. Órbita del planeta Sagkeion.

Una tras otra, las páginas del pequeño catecismo que sujetaban las manos de Volog eran devoradas por sus ojos. Estaba en una de las estancias de oficiales de la nave, de vez en cuando levantaba la vista para recorrer con ella la habitación metálica someramente decorada con algún ornamento. Él estaba sentado junto a la mesa central, sus brazos descansaban sobre esta, a su lado una taza de cafeína aguada despedía vapor poco a poco. A través de la puerta entreabierta pudo ver a Cinnamus junto a su esposa Sitra, paseaban dados de la mano mientras charlaban sosegadamente. Tras perderlos de vista pudo adivinar con quien se habían cruzado, el saludo del hirsuto Gotar resonó por todo el pasillo. Pocos segundos después, pudo ver a este cargando con varios montones de informes que ojeaba mientras andaba. 

De vuelta al pequeño libro que leía, se permitió reflexionar sobre él. Era una narración sobre varios Santos y Astartes laureados de varias guerras tiránidas, tanto de sus gestas como de sus muertes. Él los veía a todos ellos como adalides del Emperador, la clara muestra de la superioridad del ser humano sobre la barbarie alienígena. Sin embargo hasta él se daba cuenta de que el poder leer algo así era todo un privilegio, la mayoría de la población del Imperio tenía vetado el acceso a semejantes temas. Ellos los habían recibido gracias a su estatus de élite, su formación no podía compararse con la de los Militatum Tempestus, pero les consentía ese pequeño lujo.   

Volvió a intentar concentrarse en la lectura, esta por lo menos era agradable, no era como los farragosos informes biológicos y bélicos que habían tomado los demás. Rió al recordar la cara de Syrus cuando vio las fotos de la vivisección de un termagante. En ese momento se dio cuenta de qué el teniente estaba implicado con Zoroaster en la toma del destructor, cerró el libro y lo guardó en uno de los bolsillos de su camisa. Acabó su taza de un trago antes de salir de la sala. A estas alturas ya debían haber entrado en la nave, fue a buscar un informe de la situación. 

No pudo. Todas las alarmas comenzaron a chillar, los comunicadores empezaron a bombardearlos con mensajes de alerta, la propia nave se sacudió tras varios impactos  directos. Trastabilló, teniendo que apoyarse en la pared para no caerse, respiró dos veces profundamente antes de salir corriendo hacia las salas de reuniones. ¿Qué podía haber sido? ¿Acaso los herejes habían comenzado su ofensiva? Era demasiado pronto, aún no tenían suficiente superioridad numérica como para salir impunes y no quedar demasiado debilitados. Se cruzó con varios soldados, con algunas honrosas excepciones todos mostraban cierto nerviosismo, nadie sabían aún qué estaba pasando. 
Se cruzó con Hulja, llevaba la coraza a medio poner. 

- ¿Qué ha ocurrido?

- No lo sé Mayor. Pero la nave ha sido alcanzada por varios disparos. Los mandos de están congregando en la B1. 

Una vez allí se encontraron con los capitanes de las dos divisiones del regimiento, todos estaban de pie, presidian el centro de la sala Arsacis, Seleuco, Warfet y Halls; Volog se acercó abriéndose paso casi a codazos, Mitridates se apartó para hacerle un hueco junto a ellos. Encima de la mesa había un montón de papeles, del centro surgían varios hologramas que mostraban la situación de la batalla espacial que acababa de comenzar. Sueleuco pidió silencio alzando los brazos, el pequeño revuelo que formaban entre todos no tardó en desaparecer. 

- Señores, el enemigo ha comenzado un ataque en general sobre todo el frente. Numerosas naves han logrado sobrepasar el perímetro defensivo. 

- Nuestro flanco está seguro, la Lanza de Hierro y el acorazado están abriendo fuego ahora mismo. -La puntualización de Warfet interrumpió al Comisario, cosa que pareció no gustarle. 

- Ya lo sabemos. Estamos de una pieza. ¿No? -La nave volvió a estremecerse, otro disparo reflejado por los escudos.- Se ha ordenado que todas las operaciones de recuperación de material arcaico se retiren hacia nuestra posición. 

- ¿La compañía de Zoroaster? -Seleuco volvió a ser interrumpido de nuevo, esta vez por Volog, se apoyó sobre la mesa para contestarle, mirando a todos lentamente mientras hablaba. 

- Damiq y Saduga ya han vuelto. Hemos perdido las comunicaciones con Zoroaster, lo último que nos llegó era que el enemigo había comenzado a tomar el destructor. Estaban empezando a replegarse, no sabemos nada más. Ahora mismo están en territorio hostil. 

Hizo un gesto a Warfet, este asintió, manipuló las imágenes que tenían delante para que pudiesen ver mejor las posiciones cercanas al destructor. Una miríada de naves destartaladas pasaban a su lado abriendo fuego con todas sus armas. Se dirigían al planeta. Todas pasaban de largo salvo una, la cual había incrustado su morro en el lateral del destructor. De fondo podían verse múltiples explosiones. 

- Están entrado por la zona minada por la flota del Caos. -Arsacis señaló con una mano enguantada.- También están pasando de largo de los herejes. Esas naves y esa temeridad, no hay duda, son Orkos. 

- ¿Qué vamos a hacer? -Volog parecía furioso.- Tenemos hombres ahí afuera. 

- De momento no podemos hacer nada por Zoroaster y sus hombres, no hay grades probabilidades de que puedan abordarnos, movilizaremos al regimiento para actuar en el planeta y ayudar a las FDP en lo que podamos. Ya lo están pasando mal con el desembarco de tropas del Caos, la llegada de los pielesverdes los superará. Hay que dar la talla hasta que vuelva el Coronel. 

- Pero…

- Ni peros, ni nada. -Volog miró a Arsacis buscando ayuda, pero sabía que esta vez el Mayor estaba de lado del Comisario.- Los magos no van a lanzar nuestras naves al corazón de una flota orka por una compañía. Tienen que volver por ellos mismos. Ahora mismo están en las manos del Emperador.

Transporte espacial. Navegando por la disformidad. Rumbo al Sistema Sagkeion Lambda.

Khur divagaba mientras hacía flexiones en su camarote. La reunión no había ido mal del todo. Más o menos contaba con haberle causado una buena impresión a varios comandantes, entre ellos los de Sagkeion Lambda. Podría contar con una buena colaboración de los Dragones Dorados y los Granaderos de Acero; los Coraceros de Sagkeion eran otra cosa, el encontronazo con su jactancioso líder le daría problemas en el futuro, no había sido una buena maniobra, ahora estaban ayudando a la defensa de su planeta. Le sería muy fácil vengarse, para un hombre como aquel, las ofensas en público no se perdonaban. Debía tener cuidado. Dejó las flexiones para pasar a hacer dominadas. 

Los Cimeras Negras se habían mostrado bastante distantes, por lo menos hasta que se enteraron del regalo que había hecho Enoch a otro capítulo de marines espaciales. Después de varias tomas de contacto todo se había quedado en promesas de sustento mutuo. Esos tribales astartes estarían muy ocupados luchando contras los enemigos del Imperio como para mostrar interés en una fuerza extranjera, pero por lo menos se habían dado a conocer ante ellos, lo cual nunca estaba de más.  

Con las Hijas de Tramiha tan solo había intercambiando unos saludos cordiales. Le divirtió la idea de haber traído a Volog con él, dada la religiosidad del mayor las habría tratado a todas y cada una de ellas como a santas en vida. Paró un momento para secarse el sudor del cuerpo con una toalla que era áspera hasta para él. Continuó con la gimnasia. Al comenzar de nuevo se acordó de Dijnia, esperaba que estuviera bien. La Lanza de Hierro podía rechazar un abordaje enemigo, y no había que olvidar el acorazado que habían conquistado, su avanzado armamento estaba casi al cien por ciento. En una de sus charlas con Enoch se había enterado de que los progresos de los Magos en sus investigaciones habían avanzado mucho. 

Los anteriores inquilinos de la nave habían llevado consigo todo lo suficiente como mantener su tecnología de forma autónoma, al parecer sabían que nunca iban a volver a su planeta de origen. Su hallazgo no era tan importante como el de una PCE, pero poco le tenía que envidiar. Los restos de tecnología imperial en la propia nave mostraban una estrecha colaboración con el Mechanicus, lo que facilitaría las cosas a la hora de enviar a Marte el sinfín de datos que se obtendrían de su investigación. Y ya de paso, replicarla. Era el precio mínimo que pedirían los dirigentes de Cuprus. Catafractaia se enriquecería aún más, pudiendo engrosar sus ya de por sí potentes rutas comerciales.

Dejó de conjeturar, eso eran planes de futuro en los que él poco tenía que decidir. El era un soldado, no un gobernante. Se pasaría su vida entera combatiendo en los ejércitos imperiales. Dejó de hacer dominadas y pasó a hacer series de abdominales. Esperaba que la nave no se retrasara mucho, tenía ganas de llegar a Sagkeion Lamba para ver cómo estaba la situación. Había dejado órdenes de reaccionar ante cualquier envite de las fuerzas del caos, la batalla estaba en un punto demasiado delicado como para esperarse que todo estuviera como lo había dejado. 

Acabó la serie de ejercicios, fue a asearse. El problema no era cómo había dejado las cosas, sino cómo estarían a su vuelta.

Sistema Sagkeion Lamba. Grupo de Asalto. Destructor abandonado.

Zoroaster esquivó a duras penas el enorme machete con el que el orko había intentado partirlo en dos. La herrumbrosa hoja se incrustó en la pared del pasillo en el que combatían a muerte. Como réplica introdujo la punta de su espada sierra en el desprotegido hueco del cuello entre la barbilla y el pecho. Un chorretón de sangre acompañado por trozos de lo que parecía una tráquea salpicó el techo al desplomarse el enorme corpachón del pielverde. El capitán se lanzó hacia atrás sin mirar si su enemigo había muerto del todo, cayó al suelo sobre el cuerpo de un enemigo muerto tras tropezarse con la enorme pistola que este aún sujetaba con una de sus manos.  Aunque el golpe le dolió, lo acabó agradeciendo, pues los soldados que estaban detrás de él abrieron fuego sobre otros dos orkos que corrían hacia ellos. Ambos fueron derribados por sus ráfagas de láser.
Guerrero Orko.

Luther le ayudó a levantarse. Mientras lo hacía, pudo oír ruidos de lucha, disparos, gritos y bramidos. Sonaban por toda la nave. Orkos. Lo que faltaba. Ya llevaban casi una hora de combates frenéticos. Se acercó a Farhad, operario de comunicaciones, este miraba hacia el final del pasillo mientras apuntaba con su pistola láser, tomó de su equipo un transmisor, sintonizó a Syrus. El ruido de estática lo interrumpía tanto que casi tenía que gritar, lo cual chocaba con su temperamento frío. 

- ¡Syrus! Aquí el Capitán. ¿Cómo va el perímetro?

- ¿Señor? Los pielesverdes lo han sobrepasado en vario puntos. ¡Están tomando la nave! -De fondo se escuchaba el constante silbar del láser.

- ¡Contenerlos! Nosotros seguimos avanzando. 

- Pero señor… ¡Delshad! ¡Vuélale la cabeza a ese bastardo! -Un inhumano grito de dolor llenó el fondo de la transmisión.- No es un ataque aislado. Están entrando en tropel. ¡Debemos retirarnos!

- No, me niego, no volveremos a decepcionar al Mayor. Vamos a conquistar esta nave. Reducirlos, nos dividiremos y nos atrincheraremos. 

- Siento interrumpir. -Luther había entrado en la conversación con su monótona voz.- Pero me han comunicado que toda una horda orka está entrando en el sistema. Aquí han entrado una mínima parte de sus fuerzas. 

-Podremos con ellos.

- Divididos no. Hay que volver a las posiciones del Teniente. -Este comentario fue acompañado por el inicio de un tiroteo en varios pasillos cercanos. Zoroaster se mantuvo en silencio durante varios segundos eternos. 

- Bien. Que así sea. Pero por el Emperador que nos vamos a llevar esta nave. Farhad, retransmite a todos los hombres que se replieguen hacia el perímetro defensivo de Syrus.

Comenzaron a retroceder el camino andado. Tuvieron que dejar atrás a los muertos, los heridos fueron trasladados hacia el centro de la dispersa formación. Algunos moribundos decidieron quedarse atrás, dieron a sus compañeros sus rifles láser y la munición. Se quedaron solo con los Mk Sariss, era una buena arma con la que morir luchando. Zoroaster, junto con Critio y Luther no tardó en ponerse a la cabeza de sus hombres. Había sido fácil llegar hasta allí cuando lo más peligroso eran los restos mohosos de corsarios espaciales, pero ahora los orkos surgían desde todas las direcciones vociferando y repartiendo muerte. Sus hombres fueron ocupando varios corredores laterales al que ellos seguían. Así formaban un perímetro de seguridad. La estrategia no tardó en hacer efecto. En el momento que uno de los grupos de soldados quedaba atascado al encontrarse con los pieslesverdes, el resto se redirigía para ayudarle flanqueando al enemigo. 

Los hombres gastaban un cargador detrás de otro para agujerear a aquellos monstruos. El armamento orko era destartalado, pero eso no impedía que fuese útil. Las balas pequeñas podían ser dolorosamente repelidas por las armaduras de caparazón, pero las de mayor calibre lograban atravesar las capas de placas de ceramita, y después de la armadura iban tanto la carne como el hueso. Lo peor eran las melés. Las brutales armas de cuerpo a cuerpo de los orkos les daban una ventaja atroz. Los hombres eran desmembrados con enormes hachas de hierro que apenas estaban afiladas. Los lanzallamas hacían bien su trabajo, pero no solo eran usados por los hombres de Zoroaster, algunos pasillos se convirtieron en verdaderos infiernos de acero fundido. 

Critio luchaba con valentía poniéndose el primero a la hora de cargar contra las posiciones orkas. Su espada sierra le había salpicado entero de la oscura sangre de sus enemigos, al igual que Zoroaser tenía que apartarse el pegajoso líquido de los cristales de la máscara. Ahora sí que tenía un semblante terrorífico de verdad. Se movía con tanta precisión como coraje, combinando potentes mandobles de su espada con precisos tiros a quemarropa. Luther tenía que agitar de vez en cuando el recalentado cañón de su pistola infierno; usaba su hacha dentada tanto para romper cráneos orkos como para abrir puertas con las que atajar camino. Los otros grupos de soldados se veían obligados a dejar esa tarea a los hombres que llevaban rifles o granadas de fusión.

No faltaba mucho para enlazar con Syrus, el suelo estaba recubierto de cadáveres. Los grupos de los pasillos laterales comenzaron a reunirse con el principal, engrosándolo a la vez que lo ayudaban a defender sus propios flancos. El corredor estaba lleno de pielesverdes que se empujaban con nerviosismo unos a otros, delante de ellos un enorme meganoble avanzaba lentamente hacia las posiciones de los savaranos. Sus enormes ametralladoras saturaban el espacio haciendo que los soldados tuvieran que buscar cobertura sin poder casi responder al fuego.  Zoroaster no dudó ni un instante, se apretujó entre sus hombres, los cuales formaron un compactado muro y se lanzaron hacia delante con las bayonetas caladas. 

Los orkos no se dieron cuenta de lo que se los echaba encima hasta que recibieron las primeras descargas de rayos láser. Estas destriparon a los xenos, partieron espinazos y abrasaron extremidades. Esa era la furia de la Guardia Imperial. Muy pocos pudieron contraatacar, menos causar bajas a los savaranos. El meganoble se volvió apuntando con sus armas, recibiendo impávido la tormenta de fuego desplegada por los humanos. No tuvo mucho tiempo para disparar, los hombres desplegaron una línea de rifles de plasma que licuó vivo al orko dentro de su invencible armadura. 

Poco a poco fueron entrando, los soldados de la retaguardia disparando a discreción desde la cadera a los grupos de brutos que les perseguían rebanadora en mano. Zoroaster no tardó en encontrarse con Syrus, estaba dirigiendo su maltrecho perímetro defensivo. Tenía parte de la máscara rota de un golpe, la había soldado a duras penas con un espray de resina sintética. Los cristales estaban ensangrentados desde dentro. 

- ¡Señor! Los contenemos, pero cada vez llegan más. ¿Qué vamos a hacer? -Justo cuando hacía esta pregunta Critio se acercaba dando ánimos a los hombres. 

- Huiremos… -Muchos se giraron asombrados.- Pero hacia delante.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Segunda Fase de la Campaña

SEGUNDA FASE DE LA CAMPAÑA AVES MUERTAS

La 2ª Fase se caracteriza por la resistencia de las fuerzas imperiales desplegadas en cada sistema para tratar de impedir tres amenazas: el Caos, los Orkos y la "amenaza desconocida".

Las naves Preherejía han dejado de moverse, más de la mitad han caído o se han estrellado sobre la superficie de casi todos los mundos de los sistemas en conflictos. El resto permanecen en el espacio, normalmente estacionarias, aunque alguna parece moverse lentamente a la deriva.

Las flotas del Caos, formadas por multitud de partidas de guerra, están disgregadas luchando por todas partes, unas aterrizan en los planetas para tratar de acercarse a las naves Preherejía estrelladas, o simplemente tratan de "conquistar" algún lugar para poder transformarlo en su centro de operaciones. Otros están en el espacio, con el mismo objetivo: penetrar en las naves Preherejía que estén cerca o establecer una zona segura para lanzar ataques y replegarse.

Los Orkos, o mejor decir los WAAAAGGGHH ORKOS, han irrumpido en los tres sistemas con gran cantidad de tropas. No están cohesionados, como el Caos forman una multitud de partidas de guerra, aunque en su caso la gran mayoría solo quieren combatir, sin tener objetivos definidos. Hay algunas excepciones, quizá más de lo que les gustaría a los defensores, Waaghs que parecen tener un plan determinado, pues pasan velozmente junto a muchos combates para llegar a los planetas o asaltar las naves Preherejía.

La "amenaza desconocida" es una míriada de posibilidades, rumores, visiones, etc, que siempre suelen poblar un campo de batalla tan extenso. Se habla de mutantes, razas xenos, herejes en el seno de las ciudades, fanatismo religioso, cazatesoros, falsos ídolos,... de hecho, casi cualquier cosa que uno pueda imaginarse.

Las comunicaciones vuelven a ser operativas, aunque dependen en gran medida de la estabilidad de sus emisores y receptores, es decir, habrá ocasiones en las que las señales "caigan", queden mudas, se pierdan, o sean indescifrables. 

OBJETIVOS DE LA SEGUNDA FASE DE LA CAMPAÑA AVES MUERTAS

Estos son los objetivos que, después de una larga y tensa reunión del Alto Mando, se han expuesto a las fuerzas imperiales reunidas.

- Apoyar las fuerzas de defensa de cada sistema y planeta. Con tanto enemigo externo e interno las fuerzas nativas están superadas, aunque el orgullo, los prejuicios y quizá intereses ocultos puedan hacer que estas fuerzas no estén muy conformes con dicha ayuda.

- Defender las ciudades y asentamientos de los mundos de los sistemas Belerin, Dolnúdaca y Sagkeion Lambda. La población civil es muy numerosa en los tres sistemas, siendo esta un área que sigue creciendo y afianzándose su tasa de nacimientos es elevada, y su riqueza crece y crece de manera exponencial. 

- Purgar al "enemigo interior". Cultos heréticos, seguidores de los Poderes Ruinosos o, simplemente, "amantes del poder y el dinero", parecen haberse movilizado aprovechando la guerra.

- Investigar las razones de que haya estallado esta Campaña.

OBJETIVOS SECUNDARIOS

Cada uno puede decidir qué objetivos secundarios tienen sus ejércitos en esta campaña, o incluso tener sus propios objetivos principales. No es necesario pues que se sigan los objetivos principales, si bien todas las fuerzas "no jugables" o aliadas sí que las seguirán (esto es importante porque la Campaña debe seguir teniendo fases).

Obviamente permanecen las reglas o imposiciones de sentido común: no se destruirán planetas, ni éstos se infestarán de enemigos en su totalidad, etc. 

ESCENARIOS DE LA CAMPAÑA. CONTENDIENTES

Transcribo de nuevo la información que podéis necesitar para que vuestros ejércitos puedan interactuar y actuar en los escenarios de la Campaña y con las fuerzas "no jugadoras" o aliadas que existen. Al final añado también nuevos aliados que han llegado para esta Segunda Fase. Aquí tenéis links hacia la información de cada sistema, así como las fuerzas aliadas que encontraréis en cada uno: 

Sistema Belerin:
- Información del Sistema -> clic aquí
- Fuerzas desplegadas en el Sistema:
  • Guardia Belerinita (Guardia Imperial) -> clic aquí
  • Hijas de Tramiha [Sólo en planeta Belerin Primus] (Hermanas de Batalla)  -> clic aquí
  • Crótalos de Icnia (Marines Espaciales) -> clic aquí
  • Cuervos Grises (Marines Espaciales) -> clic aquí
Sistema Dolnúdaca:
- Información del Sistema -> clic aquí
- Fuerzas desplegadas en el Sistema:
  • Fusileros Dolnudacitas (Guardia Imperial) -> clic aquí
  • Hacheros (Marines Espaciales) - > clic aquí
  • Hijas de Tramiha [Sólo en planeta Gurbin] (Hermanas de Batalla)  -> clic aquí
Sistema Sagkeion Lambda:
-Información del Sistema -> clic aquí
- Fuerzas desplegadas en el Sistema:
  • Coraceros de Sagkeion (Guardia Imperial) -> clic aquí
  • Cimeras Negras (Marines Espaciales) -> clic aquí
  • Dragones Dorados [Sólo en planeta Kulko] (Guardia Imperial) -> clic aquí
  • Granaderos de Acero [Sólo en planeta Byrel Entego] (Guardia Imperial) -> clic aquí
  • Hijas de Tramiha [Sólo en planeta Byrel Entego] (Hermanas de Batalla)  -> clic aquí
---Los nuevos aliados---
  • Espirales Ígneas (Marines Espaciales) -> clic aquí
  • Legio Amphelis (Legión de Titanes / Legio Titanica) -> clic aquí
  • Tecnoguardia Ampheliana (Skitarii / Ejército del Adeptus Mechanicus) -> clic aquí
Si tienes dudas de esta Segunda fase de la Campaña Aves Muertas coméntalo con una respuesta a esta entrada.

¡A LA CARGA!

Reunión Segunda Fase 02

FIN REUNIÓN ANTES DE LA SEGUNDA FASE DE LA CAMPAÑA AVES MUERTAS

--- Interior del Acorazado Alma de Belerin ---

¡Por el Trono Dorado!, lo había pasado muy mal en esta odiosa reunión. Ni siquiera estaba seguro de ostentar aún algún tipo de control sobre las fuerzas imperiales, así que su ilusión para convertirse en Comandante Supremo "de facto", se había ido diluyendo. En los registros oficiales su nombre sí que podría relacionarse a ese título, pero eso no le serviría de nada si las cosas salían mal.

Evhedius Jarwe volvió a masajearse las sienes mientras regresaba por los pasillos a su camarote. Al menos el pelmazo de Godiff no le molestaría por un tiempo, demasiado impresionado por las discusiones que habían estallado en la reunión como para seguir manteniendo su papel de burócrata frío y reflexivo y, ni mucho menos, seguir siendo un consejero aceptable.

- ¿Señor?

Con un suspiro de irritación se giró hacia un oficial que se mantenía en posición de firmes.

- ¿Qué sucede ahora?

- Hay varios comandantes que desean hablar de nuevo con usted...

- No, no, no. Se acabó, la reunión ha acabado, quien desee una audiencia tendrá que esperar a que descanse al menos un par de horas.

El oficial dejó traslucir algo de nerviosismo en su rostro. Evhedius se dio cuenta de que tenía la frente perlada de sudor.

- Hable sin rodeos. Es una orden.

- Todos los comandantes que solicitan su presencia han sido muy claros no han... no han sido peticiones. Han exigido su presencia.

- ¡Por el Trono!

La contera de su bastón golpeó con fuerza el suelo de metal. Estaba más que hastiado de las discusiones, exigencias y objeciones de todos y cada uno de esos... Suspiró de nuevo, era una tontería volver a dejar traslucir su ira, no llegaría a ningún lado.

- De acuerdo, veamos qué quieren, lléveme junto al que, según usted, debería ser el primero en atender.

- ¿Señor?

- Vamos, acabemos con esto. Le sigo.

Mientras caminaba mirando la espalda del oficial se preguntó cuáles de aquellos comandantes querrían de nuevo hablar con él. O mejor decir discutir, ¿acaso no se había reducido a eso la reunión? Cada punto que había expuesto suscitaba una discusión, muchas veces acalorada, incluso había estado a punto de estallar la violencia en un par de ocasiones. Lo único positivo que había logrado es que, al menos de manera oficial, no habría necesidad de dar parte a Terra, aunque de manera extraoficial... Bueno, él había hecho lo posible, esperaba que fuera suficiente, y si no siempre podría contar con lograr convencer a cualquier enviado de Terra para que fuera él, y solo él, el que fuera investido con la máxima autoridad para la Campaña.

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La reunión sobre los objetivos de la Segunda Fase ha acabado, el que lo deseé puede narrar lo que haya podido suceder en ella en referencia a sus fuerzas. De esta manera tenéis cierta libertad y no estáis obligados a ceñiros a lo que yo hubiera podido narrar.

Los objetivos de la Segunda Fase de la Campaña, que podéis o no seguir, están expuestos aquí.

Así pues, da comienzo la SEGUNDA FASE DE LA CAMPAÑA AVES MUERTAS