miércoles, 2 de julio de 2014

Savaranos de Catafractaria. "Planes".



Lanza de Hierro. Nave de exploración del Adeptus Mechanicus. Órbita del planeta Sagkeion.

Hangar de tropas E-15. 

El enorme habitáculo estaba más silencioso que de costumbre, transitado tan solo por algunos servidores que lo recorrían realizando sus tareas rutinarias o por los miembros del servicio interno, que apenas se decían nada entre ellos o recurrían a tenues cuchicheos. Al fondo estaban los principales mandos de los savaranos, sobre la plataforma en la que habían hecho la presentación de los primeros planes al regimiento. Ya no había que hacer grandes representaciones para subir la moral de la tropa, la presencia cercana de un enemigo tan real como eran las tropas del Caos o los malévolos xenos había hecho que todo el mundo anduviese inmerso en sus propios preparativos, ya fuesen para la inminente guerra como a nivel interno. 

Khur presidía la rígida mesa metálica sobre la que se sustentaba el aparatoso sistema de proyección de hologramas. A su lado, ligeramente apartado, estaba Enoch, que controlaba el sistema con sus manos robóticas, las cuales se habían convertido en un amasijo de cables que se conectaban a las terminales de la máquina, saltando de una a otra de forma arbitraria. En uno de los flancos de la consola estaban Arsacis y Volog, que habían estado hablando en voz baja sobre varios inconvenientes internos de la soldadesca. 

Todos llevaban puesto el uniforme de combate, más como un acto ceremonial que como algo práctico, aún no iban a entrar en batalla, pero era costumbre llevarlo puesto no solo en los coloquios importantes, sino también en los entrenamientos u otras actividades marciales. Al otro lado, aprovechando las pocas sombras que había, estaba Seleuco, apoyado en una viga fumando uno de sus cigarrillos, viendo la escena al mismo tiempo que hacia presencia en ella. 

- ¿Empezamos? Enoch, descríbenos la situación actual.

- Claro Coronel. -El Visioingeniero hizo que los hologramas dejaran de moverse y tomaran posiciones fijas en tiempo real.- De momento va todo correctamente,  la relativa calma que nos ha brindado la cobarde retirada de los herejes nos ha permitido comenzar algunas operaciones menores de las que fueron informados hace casi una semana. -Varios hologramas se hicieron más grandes y claros.- Están cerca de las dos naves que tenemos ahora en nuestras manos, y las autoridades locales están demasiado centradas en la defensa del sistema como para estorbarnos. 

- ¿Qué tal se han portado los hombres? -La pregunta de Seleuco no era para nada inocente.

- Bien Comisario. Como puede ver, las dos compañías enviadas en apoyo nos están siendo muy útiles.

-Aumentó aún más las imágenes.- Las dos fragatas auxiliares enviadas a recolectar estas agrupaciones de naves menores están teniendo grandes éxitos. Los hombres de la primera división están muy bien entrenados. 

Arsacis se alegró, pero no tardó en salir de dudas. Se recolocó las gafas mientras miraba las imágenes. 

- ¿Cómo les va a Samsu y a Marduk? 

- Samsu y su quinta compañía están limpiando una serie de pequeños bombarderos de manufactura imperial pero de gran antigüedad. A este ritmo llenaran muy pronto las bodegas de la fragata. En algunos hay una ligera infestación de tiránidos en estado salvaje. Pequeños grupos de hormagantes; apenas están ofreciendo resistencia.
Infestación tiránida menor.

- ¿Y el otro grupo?

- Los hombres de la novena, dirigidos por Marduk, no están teniendo mucho trabajo. La Nave de desembarco en la que han entrado estaba casi vacía, un impacto abrió sus compuertas desparramando su contenido. Tan solo han aniquilado unos cuantos xenos sin identificar y están alerta mientas los servidores preparan todo para llevarlo a la Lanza de Hierro. 

Khur intervino, el Visioingeniero había dicho “nave de desembarco”. Esta era extraña, tenía simbología Astartes, pero nunca había visto ningún modelo como ese, ni siquiera en las largas tardes de estudio que pasó durante juventud en las bibliotecas militares de Catafractaria Prima. 

- ¿Qué modelo es? No me suena haber visto algo similar antes.

- Sus formas lisas ligeramente ovoides, unidas a los enormes motores de descenso orbital y las alas plegables la confirman como una Stormbird. Usted la conocerá como Warhawk VI.

- Pues no. De qué tiempos data.

- Interesante. -Pareció que Enoch saboreó aquel pequeño momento de superioridad.- Son extremadamente antiguas, los primeros modelos se utilizaron en las Guerras Pre-unificación de la Sagrada Terra. Hacía eras que no se encontraba una, y menos en este estado. 

- Un golpe de suerte para los Magos. Ahora, supongo que habrá que preparar más divisiones.

- Correcto. Mañana partiremos hacia la reunión en el Sistema Belerin. Estas misiones menores ha sido posibles gracias a la cercanía de los yacimientos y a la poca atención que las han prestado los ataques enemigos. - Modificó de nuevo las imágenes que tenían delante de ellos.- Antes de salir quiero comunicarles que el siguiente objetivo a conquistar es este. -Un destructor apareció ante ellos, los informes lo identificaban como un clase Iconoclasta, aunque dudaban por la identificación de iconografía imperial.

- Está demasiado cerca de las posiciones caóticas. 

- Incorrecto. Está más cerca del campo de minas que los herejes han creado, que de sus propias posiciones. Si una nave de asalto se infiltra en ella podría ponerla en marcha y acercarla a nuestras líneas antes de que los enemigos pudieran reaccionar. Han cortado su propio camino con sus explosivos.  

- Es demasiado peligroso. Hay otras muchas naves cerca, con esto podemos provocar un ataque en masa del enemigo, y necesitamos todos el tiempo posible para que la armada del lugar se refuerce. 

- Los escáneres no muestran restos de vida en su interior, ni los de las máquinas ni los psíquicos. Esta vez no habrá sorpresas. Es una oportunidad de aumentar nuestra flota rápidamente mientras presionamos al contrario. 

- Mis hombres irán. -Volog interrumpió la discusión. -Están desazonados por no haber podido tomar el crucero que estábamos destinados a reconquistar.

- Bien, que así sea. -Khur sabía que era inútil discutir con Enoch y Volog a la vez.- Pero quiero que sea una operación rápida. -Hizo una seña al Visioingeriero para que le mostrase todo el mapa.- Prepararás tres compañías, una irá directamente rodeando este cúmulo de chatarra, os servirá de cobertura; las otras dos estarán preparadas para ir en su ayuda, pero se mantendrán cerca de nuestra nave en posiciones de abordaje distintas.

- Como desee Coronel. En la primera irá la Segunda Compañía de Zoroaster. La Tercera y la Cuarta de Damiq y Saduga se dispondrán para ayudarla. 

El Coronel asintió mirando a todos a los ojos uno a uno. Desde el fondo llegó una socarrona risilla de Seleuco confirmando que le gustaba el plan.

- En mi ausencia os dejo a vosotros al mando, actuar de forma prudente, no sabemos cómo nos va a ir a Enoch y a mí, ni lo que tardarán las fuerzas del Archienemigo en atacar. En el peor de los casos, antes de que volvamos. Defended la posición. Por el Emperador. 

Todos corearon la misma réplica.

- Y Catafractaria. 

Transporte espacial. 

El Visioingeniero Luther trasteaba de nuevo con el panel de armamento principal de la fragata acorazada en la que irían Enoch y Khur a la reunión con las fuerzas locales. Todo estaba en orden, sin embargo no quedaba de más un nuevo vistazo a todo, no faltaba mucho para que partieran y la seguridad era lo principal. No podían permitirse que el regimiento quedara de nuevo descabezado, y mucho menos a ese nivel, la moral de los savaranos quedaría desgarrada justo antes de comenzar un combate. 

A su alrededor numerosos servidores trabajaban afanadamente en los últimos preparativos, subiendo células de munición, provisiones de todo tipo y finalizando la puesta al día del soporte vital. Un mensaje instantáneo llegó desde fuera del transporte, era el aviso de la llegada de los robots de seguridad que harían de escolta, sustituirían a gran parte de los soldados que normalmente serían destinados a la protección de la nave, lo que agradó al Coronel, aunque esto no evitó que reservase varios camarotes para un séquito elegido de savaranos. Luther envió una réplica de saludo a los tecnosacerdotes que entraban junto a las máquinas. Como miembros de la Legio Cibernética llevaban sobre sus túnicas los distintivos metálicos que los distinguían del resto de miembros elegidos del Mechanicus. Eran muy callados, sus respuestas fueron escuetas, casi como si les hubieran obligado a contestar. 

Robot de Seguridad Kf 28/3.
Legio Cybernetica.
Adeptus Mechanicus.

Se apartó de la consola, oyéndose varios chasquidos secos al desconectarse de ella. Todo estaba al cien por cien de sus capacidades, ya solo quedaba que el Dios Máquina velase porque no tuvieran muchas dificultades para llegar a su destino. Decidió salir de la nave, llevaba trabajando en ella desde que había llegado el mensaje de la reunión. Ahora debía prepararse para la misión que le había sido encomendada. Acompañaría a un grupo de abordaje de guardias cuyo objetivo era tomar un destructor perteneciente a las naves pre-herejía. Los informes que había leído mientras se ocupaba en el transporte blindado le decían que sus mayores preocupaciones se centrarían en ver si podían ponerlo en marcha. No sabía el estado interno de la nave, ni lo difícil que sería despertar a su Espíritu Máquina.

Al cruzarse con varios servidores altamente modificados se acordó de Warfet, lo había visitado en uno de los pocos momentos en los que no había estado trabajando. Estaba en los laboratorios, trabajando junto a varias cámaras cilíndricas rellenas de un espeso líquido verde, en el interior de ellas estaban algunos de los abyectos experimentos del organicista. Apestaba a productos químicos. Caminaba arrastrando varios goteros, los cuales estaban conectados a numerosas partes de su cuerpo, ya fuesen los tubos incubadores de su cintura, o las terminaciones del entramado venoso que recorría sus músculos artificiales. Todas las vendas que le recubrían estaban nuevas, lo que unido al cambio de sus fluidos corporales aclaraba los rumores de que había tenido que utilizar sus nocivas drogas de combate cuando acompañó al Mayor Volog en la anterior batalla.  

Hablaron muchas horas sobre los nuevos descubrimientos, dándose cuenta Luther de la rabia que le había dado a Warfet la pérdida del crucero. Sin embargo poco se podía hacer, el fuego era la única solución ante una infestación demoniaca. No pudo evitar fijarse en varios puntos en los que las vendas comenzaban a mancharse con sangre seca o asquerosos fluidos sintéticos. Puede que él hubiese heredado de Enoch la meticulosidad a la hora de realizar un trabajo, lo cual podía hacer que derrochase tiempo en demasiadas ocasiones. Pero Warfet había adquirido algo más peligroso, el menosprecio de su cuerpo a la hora de investigar. No solo se veía en la adicción a los cambios biológicos en su cuerpo, sino que las ganas de continuar sus pesquisas habían provocado que no respetase los tiempos de descanso requeridos para que su cuerpo se recuperase del shock que habían supuesto las drogas.

Justo antes de despedirse, Warfet le enseñó lo que había en otro enorme tambor de cristal, en este caso, iluminado por una potente luz blanca y lleno de un líquido lechoso. Era una nueva remesa de músculos adulterados, todos ellos cultivados por el visioingeniero. 

Había cosas que nunca cambiaban. 

Nave de abordaje de la Lanza de Hierro. 

La fragata acababa de salir, los hombres esperaban en sus respectivos asientos con sus armas apoyadas junto a ellos. Algunos hacían tiempo de pies, ultimando preparativos. Todos se ponían firmes cuando Critio pasaba animándolos arengándoles para que se exoneraran ante el Emperador antes de comenzar la misión. Era el otro comisario del regimiento, su procedencia del mundo agrícola de Gartia denotaba su carácter menos recio que el de Seleuco o Halls. Sus penetrantes ojos azules hacían juego con los mechones de pelo rubio que de asomaban desde debajo de la característica gorra de su oficio. Del cinturón colgaban su espada sierra y su pistola bólter. No había que confundir las muestras de familiaridad con debilidad, era tan agreste como sus otros compañeros en el combate, e igual de frío si era necesario. Tan solo tenía otro estilo.
Disfrutaba de un refresco en lata que había escamoteado en la nave antes de empezar la misión. Se acercó a Zoroaster, al que ofreció un trago con un gesto. 

- No, gracias Comisario. -Acompañó su negativa extendiendo una mano hacia arriba. 

- ¿Ocurre algo?

- No se preocupe, pero tengo un mal presentimiento sobre todo esto. 

Critio le quitó importancia al fatalismo del Capitán con un encogimiento de hombros. Las pequeñas piezas de su armadura entrechocaron musicalmente entre ellas. 

- ¿Es por la partida del Coronel? Ha salido unas horas antes que nosotros y la nave está muy bien equipada. Recuerde, el Emperador protege. 

- No, es ese destructor, no me da buena espina. Es demasiado viable. ¿No?

Zoroaster sujetaba entre sus manos un mapa recién impreso de las secciones exteriores de la nave, estudiando los pocos datos que le habían dado los escáneres. Sobre el papel amarillento, un sinfín de líneas dibujaba la estructura del destructor, disponiendo en los márgenes de una serie de anotaciones adjuntas en las que se describían las armas que rodeaban su estructura, que no eran pocas para un navío que no llegaba al kilómetro y medio de largo. La mayoría de las observaciones se centraban en su iconografía, siendo esta imperial, pero de un estilo muy personalizado, estando repleto de alusiones en gótico alto al pillaje en nombre del Imperio. Corsarios.

- ¿A qué se refiere?

- No creo que esto sea un paseo. Puede que este vacía, pero está muy cerca de las naves herejes, y por mucho que esto sea una operación relámpago, vamos a estar a tiro durante un buen rato, lo que nos pone en una situación más que comprometida. 

- Bueno, para eso nos hemos traído a Luther y sus sirvientes. Me aseguraré de que lo primero que hacen antes de realizar cualquier movimiento es activar sus escudos. 

El Capitán estiró su mano, aceptando por fin la invitación del Comisario, este tardó unos instantes en darse cuenta, le cedió la lata monocroma para recogerla después del trago de Zoroaster. Asintió con la cabeza para mostrar que le había gustado, procediendo a enjuagarse con el dorso de la mano. 

- Mire, me he criado en el vacío. El espacio reservará siempre las más desagradables sorpresas a la humanidad. Por Terra que lo conseguiremos, pero no va a ser tan fácil. Eso se lo aseguro.

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