Mi estimado señor Dunelli, que el Emperador lo guarde muchos años. Disculpe en primera instancia que este vulgar mensaje no esté a la altura de mi genio y, como no, del de su señoría, pero me temo que las prisas me acucian.Sé que se preocupó por recomendarme a la familia Ganeu y no quisiera parecer un desagradecido. Me han tratado bien, a pesar de que me alojaron en las instalaciones del servicio, como un vulgar criado, y que sólo se me permitía realizar mi trabajo unas pocas horas al día. Pero no me estoy quejando a usted, su señoría, líbreme el Sagrado Emperador de ello.Esta misiva sólo pretende informarle de que he decidido abandonar mi trabajo con los Ganeu. Han sido dos meses del estándar local infructuosos y, me atrevo a decir, desagradables. Pero sé que su señoría me conoce bien, no abandono por las penalidades, ni por las indignidades a las que he sido sometido. No, lo que ocurre es que he decidido que mis servicios debían ser otorgados a un bien superior: tratar de informar al resto de la galaxia del Hombre del conflicto en el que al menos tres sistemas planetarios van a estar inmersos, y preveo que será una guerra larga y cruel.Así es su señoría, mientras dicto esto a mi servidor, el planeta Belerin Quintus, donde ahora me encuentro, está en alerta máxima. Según la escasa información que he logrado reunir estos últimos días una serie de naves, de un número que parece inverosímil, se han esparcido por tres sistemas enteros. Según mis conocimientos, a parte del Sistema Belerin, del que aún me falta mucho por saber, también se encuentran en la misma situación el Sistema Dolnúdaca y el Sistema Sagkeion Lambda.Estoy seguro que ya he despertado el interés de su señoría. Y me gustaría poder informarle más detalladamente, pero me temo que todo lo que sé es lastimosamente poco. Estas naves que nos invaden parecen más bien de dos facciones distintas, aunque, según pude sonsacar a un hombre que decía ser un soldado, en realidad sólo parecen agresivas las naves de una de las facciones, pues son las únicas que atacan, las otras parecen estar muertas, o vacías.Lo más misterioso de todo es que en principio ninguna nave ha atacado nuestros planetas, más bien caen derribadas sobre nosotros, o simplemente se desploman chocando contra la superficie.Pero lo que acabo de contar no es lo que más curiosidad me despierta. Lo que me llama poderosamente la atención es la inactividad de las Fuerzas de Defensa en un primer momento. No pretendo decir que sepa de los temas militares, pero se me hace raro que al menos la Guardia Belerinita, que parece ser famosa por su disciplina y lealtad al Imperio, no atacara las naves invasoras hasta que, ayer mismo, comenzaron a ser atacados a su vez.He tratado de conseguir un billete o una plaza a cualquier nave que se dirija a Gran Belerin, un planeta militar de este sistema y en el que, estoy seguro, mis dotes como cronista harían un gran servicio. Pero me ha sido imposible, y me encuentro ahora mismo encerrado en un cuartucho de hotel tratando de descifrar las escasas imágenes e informaciones que aparecen en la pantalla holográfica de mi teleholovisión.No cejaré en mi empeño de lograr redactar una crónica detallada de este conflicto, por lo que me he decidido primero a enviar este mensaje a su señoría, por si lo que pretendo hacer acaba con mi vida, y en segundo lugar trataré de colarme en una de las naves de aprovisionamiento que sé que partirán esta noche a Gran Belerin. Espero que, el Emperador lo quiera, no tenga problemas en lograr mi objetivo.
.Malatar el Cronista. Con mis más cordiales saludos, y esperando que disculpe si he podido dañar su relación con la familia Ganeu, se despide su humilde servidor y amigo.Malatar de Turdón, Cronista Imperial
(La imagen que aparece en esta entrada ha sido alterada y re-coloreada sobre una imagen obtenida en la web paperspencils.com)
¡El principio al fin!
ResponderEliminarJeje, sí, ya hemos empezado, esta entrada da pie a la de la Primera Fase de la Campaña Aves Muertas.
EliminarUn saludo!